Lima. La candidata presidencial derechista Keiko Fujimori se perfilaba anoche como vencedora de la segunda ronda electoral celebrada en Perú, con 52.9 por ciento de votos, y su rival, el socialista Pedro Castillo, conseguía 47.09 por ciento con 42.3 por ciento de escrutinio, informó la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).
El organismo aclaró que las cifras son de centros urbanos y falta el conteo del voto rural.
Al cierre de esta edición ni Fujimori ni Castillo habían hecho declaraciones sobre los primeros resultados oficiales.
Poco antes, un conteo rápido otorgó a Castillo, profesor de primaria y líder sindical, una ligera ventaja de 50.2 sobre Fujimori, hija del encarcelado ex presidente Alberto Fujimori, según un estudio realizado por la encuestadora Ipsos Perú, difundido por el canal América Televisión.
El conteo rápido dio un vuelco a una encuesta a boca de urna difundida con anterioridad por la misma encuestadora al cierre de la votación, que daba ventaja a Fuimori de 50.3 contra 49.7 para Castillo.
En 2016, el ahora ex presidente Pedro Pablo Kuczynski venció a la candidata Fujimori por apenas 42 mil 597 votos.
Antes de conocerse los primeros resultados oficiales, el abanderado de Perú Libre pidió “una debida cuantificación de los votos”, consideró engañoso el conteo rápido, y recordó que Ipsos le dio menos puntaje del que obtuvo en la primera vuelta celebrada el 11 de abril.
Tras conocerse el sondeo a boca de urna, Castillo llamó a la calma a sus simpatizantes. “Esperemos los datos oficiales y saldremos a pronunciarnos a partir de ese momento”, dijo desde el remoto distrito norteño de Tacabamba.
“Hay que ser prudentes, el pueblo es sabio, sabe lo que hace”, insistió el candidato, de 51 años, tras agradecer a los peruanos por “la lealtad, la fiesta democrática y el respaldo”.
Más temprano, en su cuenta de Twitter, el aspirante llamó a sus seguidores a “estar atentos y defender cada voto”.
En Lima, afuera de la ONPE y en la sede de campaña de Castillo se congregaron partidarios de Perú Libre en defensa del voto. También decenas de seguidores de profesor salieron en una marcha de apoyo por las calles de Huancayo, la ciudad más importante del centro de Perú.
La abanderada de Fuerza Popular no comentó el resultado del sondeo a boca de urna, y una fuente de su entorno declaró a la agencia Afp que sólo hablaría después de que se divulgaran los primeros resultados oficiales. Pero Keiko, de 46 años, miembros de su familia y colaboradores se abrazaron al difundirse las cifras, según imágenes divulgada por el canal estatal TV Perú.
Más noche, al cambiar los números con el conteo rápido, Fujimori invocó “a la prudencia, a la calma y a la paz. Vamos a esperar los resultados oficiales. Hay que tender puentes de diálogo. Aquí no hay ganador ni perdedor… lo que se tiene que buscar es la unidad de los peruanos”.
Quien gane la segunda ronda presidencial gobernará por cinco años a partir del 28 de julio.
Ambos candidatos prometen vacunar contra el Covid-19 a toda la población y son conservadores en cuanto a temas sociales. Se oponen al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo. El campo de batalla entre los dos candidatos radica en el modelo económico.
La pandemia remeció a Perú, que se jactó de ser la estrella económica regional por sus buenos datos macroeconómicos en 20 años, pero no reparó en la informalidad laboral mayor a 70 por ciento y sus pésimos servicios públicos en salud y educación.
El país lleva casi tres décadas de gobiernos favorables al libre mercado sin intervención estatal en el sector empresarial debido a una Constitución escrita en 1993 en el gobierno del ahora encarcelado ex presidente Alberto Fujimori, quien cumple condenas por corrupción y su responsabilidad en el asesinato de 25 peruanos en su gestión.
Keiko Fujimori pretende mantener el mismo sistema, mientras Castillo anhela rescribir la Constitución para modificar el sistema económico y lograr más ingresos para educación y salud con la participación del Estado en la extracción de recursos naturales como la minería, el petróleo y el gas.
“Perú es un caso de éxito en crecimiento económico, pero, a la vez, de no éxito de un crecimiento social e incluyente”, declaró al diario capitalino El Comercio Santiago Levy, ex vicepresidente de sectores y conocimiento del Banco Interamericano de Finanzas.
La pandemia del Covid-19 provocó 10 millones de pobres que viven con menos de tres dólares por día, decenas de miles de negocios quebraron y hay más de 185 mil muertos, cifra que casi triplica las víctimas del conflicto armado entre el grupo terrorista Sendero Luminoso y los uniformados entre 1980-2000.
La hija de Fujimori también promete 2 mil 500 dólares a cada familia con al menos un muerto por Covid-19. Asegura que repartirá 40 por ciento de un impuesto por la extracción de minerales, petróleo o gas a familias que viven cerca de esas áreas extractivas.
Castillo ofrece de forma adicional, renegociar los contratos con multinacionales que extraen minerales, gas y petróleo, en busca de más ingresos estatales. También asegura que cobrará deudas al fisco de poderosos grupos empresariales que suman más de 2 mil 400 millones de dólares.
Fujimori, sobre quien la fiscalía pide 30 años de cárcel por presunto lavado de dinero, recibe apoyo de la élite económica local, de algunos políticos e intelectuales de pasado antifujimorista, como el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, así como de políticos de otros países, entre ellos el opositor venezolano Leopoldo López, el ex presidente colombiano Andrés Pastrana y el ex presidente boliviano Jorge Quiroga.
Por su parte, el profesor izquierdista tiene adhesiones de los ex presidentes de Bolivia Evo Morales y de Uruguay José Mujica. Gran parte de los pobres también lo apoyan.
La votación, a la que estuvieron convocados 25 millones de ciudadanos, se desarrolló con tranquilidad en las ciudades y pueblos de la sierra andina, la selva amazónica y la costa, donde está Lima.
Un millón de peruanos se habían registrado para votar en el exterior, desde Chile hasta Japón, pasando por España y Estados Unidos, donde la peleada elección movilizó a miles preocupados por “la democracia y la estabilidad” de su país.