Baku, Azerbaiyán. Sergio Pérez sabe capitalizar el caos. El auto del piloto mexicano, un Red Bull como signo del sufrimiento sobre la pista, con los neumáticos muy castigados y la incertidumbre del equipo sobre si la máquina lograría terminar la competencia, se impuso a los bólidos de los favoritos de siempre, algunos víctimas de la mala fortuna. Con pericia y temeridad, Checo ganó el Gran Premio de Azerbaiyán, el primero de la temporada con su nueva escudería.
En un duelo de vértigo en las últimas dos vueltas luego que Max Verstappen, el líder del campeonato, se estrelló por culpa de un pinchazo y Lewis Hamilton se fue de largo al tratar de irse al frente en la reanudación.
Verstappen se encontraba a cuatro vueltas de llevarse una segunda victoria seguida en el campeonato de la Fórmula Uno cuando su Red Bull embistió fuertemente la barrera con un pinchazo de su neumático izquierdo delantero. El nerlandés salió de su monoplaza, le dio una mirada al neumático y como un niño frustrado pateó su auto; después se marchó ofuscado por el fiasco.
Fallas en neumáticos
Verstappen salió ileso, pero Red Bull no daba crédito al segundo fallo de un neumático Pirelli en la carrera y pidió que fuera frenada para cambiar llantas por motivos de seguridad. Lance Stroll se había estrellado previamente por un inesperado fallo de su neumático.
Se desplegó la bandera roja y todos los competidores regresaron a la pit lane para una reanudación.
Checo Pérez era el líder, pero Hamilton decidió arriesgar al tratar de llevarse la victoria y dejar atrás a Verstappen en la clasificación de pilotos. Pero el británico no supo frenar en la primera curva y su Mercedes se fue de largo. Hamilton se rezagó hasta el puesto 15, para terminar una racha de 54 carreras consecutivas embolsándose al menos un punto.
En su primera temporada con Red Bull, Checo logró subir al podio por primera vez con el equipo austriaco. La segunda victoria de la carrera del mexicano, la primera fue el año pasado en Baréin con Aston Martin (antes Racing Point).
El cuatro veces campeón Sebastian Vettel cumplió con una notable carrera para quedar segundo con Aston Martin, después de haber salido en el puesto 11 y Pierre Gasly entró tercero con AlphaTauri.
La carrera del domingo fue la segunda del año con una bandera roja, luego que Valtteri Bottas y George Russell se estrellaron en Imola en abril. Fue la suspensión más prolongada desde del aparatoso choque sufrido el año pasado por Romain Grosjean en Baréin, uno que interrumpió la carrera durante más de una hora, justo donde también ganó Checo Pérez.
El triunfo de Pérez salvó la jornada de su equipo que daba por hecho el 1-2 hasta el pinchazo de Verstappen. Después de seis carreras, el holandés retiene una ventaja de cuatro puntos sobre Hamilton en el campeonato de pilotos. Pérez escaló al tercer puesto, la mejor posición en su trayectoria. Además, Red Bull amplió a 26 puntos el liderazgo sobre Mercedes en el campeonato de constructores.
El Gran Premio de España en 2016 había sido la última vez que los dos primeros en la clasificación se fueron sin embolsarse puntos.
“Estoy muy pero muy contento", declaró Pérez; “antes que nada tengo que decir que lo siento mucho por Max, porque hizo una carrera tremenda y realmente se merecía la victoria. Íbamos a hacer el 1-2 juntos, pero al final ha sido un día fantástico para nosotros, ya que por suerte conseguimos terminar la carrera”.
Checo supo capitalizar los incidentes adversos en la carrera, pero también echar mano de los nervios y la pericia para cosechar en medio de la confusión. Sin eso, aún con un auto que dudaban terminara, se levantó con el triunfo.
Cabe recordar, que el primer triunfo de Checo, en diciembre de 2020 en el Gran Premio de Sakhir, en Baréin, también fue una demostración de temeridad en medio del caos. En aquella carrera también Verstappen, quien aún no era su compañero, resultó afectado en aquel circuito. El mexicano fue una combinación de arrojo e inteligencia para conseguir aquella primera victoria en Fórmula Uno.
Esta vez, en Azerbaiyán, Verstappen tomó el control de la carrera y parecía encaminado al triunfo hasta su inesperado infortunio con el neumático.
Valtteri Bottas, el compañero de Hamilton, desapareció por completo en la jornada. El finlandés se clasificó décimo y acabó en puesto 12 en la carrera tras ser superado por los monoplazas de Alfa Romeo. Mercedes no facturó puntos por primera vez desde 2018.
“Estuvimos muy cerca de retirar el auto, afortunadamente pudimos terminar la carrera, pero fue muy difícil”, reconoció al final Checo.
“Es increíble lograr mi primera victoria con Red Bull. El equipo hizo un tremendo trabajo y quiero dar las gracias al señor Mateschitz (fundador del equipo) por esta gran oportunidad de darme un asiento”, señaló.
“La carrera fue como una montaña rusa loca. Fuimos a tope desde la primera vuelta, aunque tenía a Lewis detrás empujándome, por lo que no podía respirar. Fue un gran desafío pero me mantuve concentrado”, explicó el mexicano.
Por su parte, Max Verstappen mostró su decepción por el abandono con una sensación agridulce al estar contento por el triunfo de su equipo y de su compañero Checo Pérez.
“Por supuesto, estoy frustrado en un plano personal por no haber ganado, pero muy feliz por ver a Checo ahí arriba. Hizo todo lo que el equipo hubiera querido hacer hoy. Tuvo una gran salida y los dos conseguimos superar a Lewis. Escuché que se tuvo que defender la mayor parte de la carrera, por lo que si yo no podía ganar, estoy contento de que él lo hiciera”, afirmó el holandés.
“Checo es un gran chico y un gran compañero por lo que estuvo bien verlo sonreír y lograr su primer triunfo con Red Bull”, añadió.