Por medio de las remesas, los migrantes mexicanos que radican en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, han dado un importante impulso a la economía del país, fuertemente afectada por la pandemia de Covid-19, coincidieron especialistas, quienes destacaron que si bien son usadas principalmente para el consumo, una parte se ha destinado a la inversión productiva de las familias que las reciben.
Jesús Cervantes, coordinador del Foro de Remesas de América Latina y el Caribe del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos, destacó que el dinero que envían los trabajadores financia gastos relacionados como alimentación, educación y salud, pero también va a inversión o formación de capital mediante un micronegocio o construcción de vivienda.
“A través de encuestas a migrantes nos damos cuenta que las remesas también han servido para pequeños negocios, construcción de vivienda e incluso viviendas adicionales para rentar. En otras palabras, las remesas financian gasto de consumo, así como gasto de inversión o formación de capital de los hogares receptores”, apuntó el especialista.
Datos del Banco de México (BdeM) revelan que de abril de 2020 a la fecha, es decir, desde que comenzó la pandemia, han ingresado al país remesas por 45 mil 866 millones de dólares, equivalentes a alrededor de 960 mil millones de pesos.
Para poner en contexto su importancia, dicho monto es equivalente al gasto del gobierno federal en pensiones durante el año pasado.
Al respecto, Juan José Li, economista sénior de BBVA México, remarcó que si bien la mayor parte de las remesas que cobran las familias mexicanas las destinan al gasto corriente, se puede decir que alrededor de 15 por ciento del total lo han invertido de manera productiva, ya sea en la mejora de su casa, en la construcción de una, en la compra de algún terreno, o en el emprendimiento de un negocio.
“Las remesas contribuyeron de forma muy importante para tener una menor caída en el consumo durante la pandemia. Sin duda ayudaron a mitigar el impacto en las familias que se quedaron sin otras fuentes de ingreso en México, y además, para aquellas que no se vieron afectadas les ayudó a invertir y a gastar más para contribuir a la economía circular de sus respectivas comunidades”, dijo el especialista.
De acuerdo con estimaciones de BBVA Research, hasta antes de la pandemia la remesas representaban 2.8 por ciento del producto interno bruto del país; sin embargo, ahora son 3.8 por ciento “poco menos de la mitad del 8.5 por ciento que cayó la economía en 2020”, lo que de acuerdo con Li, habla de lo importante que son para el país.
Según datos del BdeM cada mes se hacen entre 10 y 11 millones de operaciones relacionadas con remesas, las cuales llegan a 1.8 millones de familias mexicanas. Además, de acuerdo con el banco central, estas divisas llegan a representar hasta 40 por ciento de los ingresos totales de los hogares con menores recursos.
Salvavidas
Para Ramsé Gutiérrez, codirector de Inversiones Franklin Templeton México, la remesas que han ingresado al país, 14 mil millones de dólares al cierre del primer cuatrimestre del año, representan una suma sin precedente y un salvavidas para las familias de menores ingresos y para el país en general.
Lo anterior, dijo, debido a que han ayudado a las familias más pobres del país a sortear la crisis económica provocada por la pandemia de Covid-19, pero también porque evitaron una caída más profunda del consumo interno, lo que se hubiera reflejado en un desplome más fuerte del PIB del país.
No obstante, advirtió el especialista, si bien las remesas son un importante salvavidas a corto plazo, hacia el mediano, México debe trabajar en dejar de depender del extranjero, por lo que debe crear condiciones dignas de empleo para que los mexicanos no tengan que buscar oportunidades fuera del país y lejos de sus familias.
“Las remesas han sido un salvavidas para el país, ayudaron en un contexto en el que bajaron los ingresos de las familias, se detuvo el crédito y subió la inflación, todo con mayor efecto en los que menos ganan. Pero las remesas no son algo local, son un salvavidas externo, e implican el reto de que no podemos depender de ellas siempre, debemos trabajar en mejorar el país”, apuntó Gutiérrez.
Si bien la recuperación económica va a ser más lenta en México por todos los negocios pequeños que quebraron, al menos se mantiene la esperanza de que los envíos seguirán dando un soporte muy necesario para mantener la economía doméstica a flote, expuso Gutiérrez.
Los especialistas coincidieron en que la fortaleza de las remesas está relacionada con los estímulos fiscales aplicados en Estados Unidos, por lo que seguirán en crecimiento durante los próximos meses y cerraran el año con un incremento anual de entre 10 y 12 por ciento, lo que significa que rondarán los 45 mil millones de dólares.