Hermosillo, Son., En la disputada gubernatura de Sonora, entre Alfonso Durazo (Morena, PT, PVEM y Nueva Alianza) y Ernesto Gándara (PAN, PRI y PRD) convergen la politización de la tragedia de los bebés de la guardería ABC, señalamientos de enriquecimiento ilícito, defensa de intereses de grupo y control de espacios de poder. Aquí nació la institucionalidad partidista posrevolucionaria y también la oposición surgida en el PAN –años después–, que se desdibujó al conformar una alianza con el PRI –su adversario– y el acompañante de “izquierda”, el PRD.
La jornada de mañana será vigilada por cientos de elementos de la Guardia Nacional, del Ejército y la Secretaría de Marina, al norte en la Sierra Alta, al sur en la Sierra Baja y en el centro desde el Valle del Yaqui. Ese despliegue será acompañado de policías municipales y estatales.
La unión entre PRI y PAN, propiciada por el fenómeno electoral de Andrés Manuel López Obrador en 2018, se explica por las defecciones de personajes de ambos partidos durante los últimos 20 años. Aquí, las familias propietarias de minas, grandes productores de ganado, invernaderos de alimentos para exportación y agricultores (actividades que requieren de grandes cantidades de agua en medio del desierto) se conocen y relacionan entre sí. En un ambiente donde prevalece la segregación contra las personas provenientes del centro y sur del país (fenómeno conocido como sonoguacho), los sonorenses de a pie tienen claridad de que en la disputa por el poder político: “todos son lo mismo”.
En 2003, el líder panista Francisco Búrquez se convirtió en fiel de la balanza, cuando retiró su apoyo al candidato de ese partido a la gubernatura, Ramón Corral, y favoreció que el priísta Eduardo Bours ganara por medio punto la elección.
María Dolores del Río –panista de toda la vida, después de Movimiento Ciudadano y ahora de Morena– ganó por el blanquiazul la alcaldía de Hermosillo en aquel año y propició con divisiones internas que en 2006 su entonces partido fuera derrotado por el PRI en la capital del estado a manos de Gándara.
Así, en 2009, el gobernador priísta Bours (de la familia de propietarios de Bachoco) impuso a Alfonso Elías como candidato a sucederlo. Las fuerzas del PRI en Sonora, sus contrapesos internos (familias y grupos de interés), manifestaron su desencanto con el dedazo, porque consideraban que Gándara era el sucesor natural, y operaron para que el panista Guillermo Padrés ganara la gubernatura.
Tras el desastre que supuso para el PAN la gubernatura de Padrés, potenciada con la defensa a ultranza de la familia de Margarita Zavala Gómez del Campo –responsable de la tragedia en la guardería colapsada por el incendio–, el gobierno del estado regresó a manos del PRI, con el triunfo de Claudia Pavlovich, que derrotó a Javier Gándara, quien fue presidente municipal de Hermosillo, por el PAN, de 2009 a 2012. Para el actual proceso se convirtió en el principal promotor de la alianza con el PRI.
No obstante, Javier Gándara –casado con la señora Marcela Fernández, de los dueños del Molino La Fama– no forma parte directa de la campaña de PRI-PAN-PRD, que respalda a su primo Ernesto.
También a los hermanos Bours, Eduardo, Ricardo y Rodrigo, se les ubica en distintos frentes políticos. Rodrigo es candidato independiente a la alcaldía de Cajeme, mientras que su hermano Ricardo declinó su candidatura por Movimiento Ciudadano a favor de Ernesto Gándara. Entre ellos, los Bours declaran: “yo votaré por mi hermano”.
Importante destacar que los candidatos no son unos desconocidos, Durazo y Gándara trabajaron juntos en 2000 con la transición panista de Fox, el primero como vocero oficial del gobierno federal y el segundo como director de Peticiones y Audiencias de la Presidencia.
