Múzquiz, Coah. Siete trabajadores de una mina de carbón del ejido Rancherías quedaron atrapados en una galería que se inundó desde las 12:50 horas de este viernes, a unos 100 metros de profundidad. De acuerdo con el gobierno del estado, el accidente ocurrió en la veta de arrastre que se localiza cerca de una carretera estatal que comunica a las comunidades El Sáuz y Palau.
Dos obreros que alcanzaron a salir explicaron que un tajo o frente de mina estaba lleno de agua de lluvia; una pared no resistió e inundó dos tajos más, justo donde trabajaban los otros siete trabajadores.
La mina del ejido Rancherías es de arrastre; es decir, el ingreso y salida de los trabajadores se hace con ayuda de los mismos carros de acero que extraen el mineral y circulan sobre rieles. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) dio a conocer que pertenece a la empresa Macarán.
En octubre de 2020, personal de la Secretaría del Trabajo inspeccionó esa mina y la clausuró, pero “se hicieron las adecuaciones necesarias y el 4 de marzo (de 2021) regresaron los inspectores y autorizaron” la reapertura, de acuerdo con fuentes del sector minero.
Los obreros atrapados fueron identificados como Leopoldo Méndez Flores, de 24 años; Damián Robles Arias, de 27; Mauricio Cortés y Humberto Rodríguez Ríos, de 40; Gonzalo Cruz Marín, de 53; y Pedro Ramírez y Francisco Briseño, ambos de 24 años.
En atención a la instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador, elementos de la Guardia Nacional, de la Secretaría de la Defensa Nacional, de la Coordinación Nacional de Protección Civil y de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social participan con autoridades estatales y municipales en las tareas de rescate.
El mandatario había escrito en Twitter: “Instruí a las secretarías de Seguridad y del Trabajo y a la coordinadora Nacional de Protección Civil a actuar de inmediato; ya están en camino hacia allá. En el lugar hay presencia de elementos de la GN y del Ejército” y confió en un rescate favorable.
El mandatario dijo que se hallaba en Xpujil, Campeche, cuando recibió la información del percance ocurrido en Múzquiz. “Estamos atentos y en coordinación con las autoridades municipales y del estado. Deseamos que el rescate sea favorable para las familias y para todos”, señaló.
Al menos 250 personas trabajan en las labores de rescate de los obreros que, en su mayoría, son originarios de Múzquiz y del ejido Palau.
Sin embargo, familiares de los trabajadores se manifestaron fuera de la mina para exigir, con gritos, el rescate de sus parientes. Desesperados, algunos brincaron la barda perimetral de la mina para tratar de ingresar por su propio pie a la excavación, pero fueron desalojados por policías.
Los dos sobrevivientes y trabajadores de otras minas se integraron de inmediato en improvisadas brigadas de rescate para tratar de desfogar el agua del socavón. A las tareas se incorporaron policías estatales y municipales, la Guardia Nacional y el Ejército.
Los rescatistas que trabajan en el desagüe utilizan tres líneas de succión de 2.5 pulgadas, conectadas a dos bombas hidráulicas que absorben el líquido.
La idea es bajar el nivel de agua de la mina, ingresar al socavón y rescatar a los atrapados, o bien que puedan salir por su propio pie al descender el nivel del agua, informaron bomberos que trabajan en el lugar.
Confían que sigan con vida
Obed Orona, trabajador de minas que se sumó a las tareas de extracción del agua, confió en que sus compañeros estén con vida. “Adentro, mina arriba hay lugares que los pueden ayudar a que el agua no les llegue”, señaló.
El gobernador del estado, Miguel Ángel Riquelme, quien por la tarde acudió al lugar del accidente, confirmó la teoría de que los mineros se pudieron resguardar de la inundación: “me informan que hay túneles, en la parte alta, en los que se pudieron guarecer”.
Ana María Ibarra, abuela de Damián, acudió a buscar información. “Dios es muy grande, tengo la esperanza de que mi nieto esté vivo, ojalá todo salga bien, que todos estén en los recodos de las minas y no tengamos una mala noticia”, dijo.
A otros les pareció lenta la respuesta de las autoridades, por lo que desesperados gritaban a elementos de la GN que custodiaban la entrada que hicieran algo, ya que incluso personas que se encontraban en la boca de la mina reportaron que las primeras bombas que activaron para drenar el agua no funcionaban, por lo que la desesperación fue mayor.
(Con información de Gustavo Castillo).