Memoria, del cineasta tailandés Apichatpong Weerasethakul; Anette, dirigida por el francés Leos Carax; y Bergman Island, de la realizadora Mia Hansen-Løve; son las tres películas coproducidas por el estudio mexicano Piano que competirán por la Palma de Oro en el próximo Festival de Cine de Cannes.
Para Julio Chavezmontes, uno de los fundadores de Piano, la participación de esas cintas en uno de los encuentros de cine más reconocidos del mundo es “como haberse ganado la lotería”.
En entrevista, el también guionista mexicano, celebró la selección de esas tres cintas como “una forma de revalidar el privilegio de hacer cine, porque es un beneficio, no un derecho, es algo que uno se tiene que ganar película con película, lo que hayamos hecho antes realmente no cuenta, sólo lo último, y espero que esto nos dé la oportunidad de seguir haciendo cine”.
Las tres películas de Piano son producciones logradas mediante el trabajo de gente de diversos países. Memoria, además de ser la primera película de Weerasethakul filmada fuera de Tailandia, cuenta con la participación de actores como Tilda Swinton, Daniel Giménez Cacho y Jeanne Balibar; mientras que su equipo de producción está integrado por tailandeses, colombianos y mexicanos, entre otros.
“Es una de estas películas que justo lo que hacen es borrar fronteras”, indicó Chavezmontes. Para los casos de Anette y Bergman Island el tipo de producción fue similar. En ambas convivieron equipos de diversas nacionalidades y se trasladan de un lugar a otro. “Al final del día lo que importa para una cinta es que se pueda hacer de manera independiente”, indicó el productor.
Si bien las cintas de Piano seleccionadas para Cannes son internacionales, Julio no cree que esa forma de hacer cine sea la única. “Ésta es una expresión que permite muchas cosas. También hay proyectos que tienen un origen mucho más regional, y lo digo sin ningún tipo de menosprecio, hay películas extraordinarias que beben y se alimentan completamente del lugar de donde son todos los que hacen la cinta y que son inseparables de ese lugar”.
Más que buscar un perfil específico para las cintas que produce, Chavezmontes procura que sus proyectos tengan dos elementos. “Lo que yo siempre busco es sorprenderme. Cualquier cosa que leo o que veo, la hago con la disposición de ser sorprendido”, explicó.
“Lo otro que persigo es sentir que es algo arriesgado, o sea, que realmente se está buscando hacer cosas distintas. Y creo que eso tienen estas películas, que empujan lo que se ha hecho antes con la narrativa en el cine y con la expresión cinematográfica, y eso siempre conlleva un riesgo importante”, puntualizó.
El trabajo de producción en el cine es para julio, “una tarea de contención, acompañar la película y llevarla a buen puerto, porque cada cinta es una aventura que puede acabar mal”. Si bien cada filme requiere de distintos tipos de participación y formas de involucrarse, “al final lo único que importa es expresar algo donde nos podamos reconocer a nosotros mismos. Que sirva como un espejo que nos acerque a la realidad”, señaló el productor.
Que Piano sea una productora mexicana cuyos proyectos están siendo reconocidos también constituye una buena oportunidad para constatar la calidad de la cinematografía nacional. “Demuestra que ésta es una de las mejores industrias de cine del mundo, hay un montón de talento en México, y que hay que seguir luchando para que se tenga la oportunidad de hacer cosas, que sigan existiendo los recursos, y también, para que el público mexicano pueda estar cada vez más cerca de ese patrimonio tan valioso que tiene”, sostuvo Chavezmontes.
Memoria, Anette y Bergman Island tendrán su estreno mundial en julio próximo durante el Festival de Cannes.