Madrid. El exilio republicano español en México ha sido uno de los hechos históricos más traumáticos, pero también que más obras artísticas, literarias o intelectuales ha generado, por su profunda carga dramática, por esa amputación del tiempo y el espacio. Tránsito es la primera ópera de cámara sobre esa peripecia, inspirada a su vez en una obra de teatro del escritor español Max Aub, quien vivió un largo exilio en México y que la escribió en 1944, dos años antes de que se embarcara en el buque Serpa Pinto rumbo al destierro definitivo de su vida.
La pieza musical es obra de uno de los compositores españoles más brillantes de su generación, Jesús Torres, quien creó una obra que oscila entre lo tonal y atonal, que en todo momento convierte a la orquesta, sobre todo a la percusión, en un narrador angustiado que expresa con vehemencia la opresión de la claustrofobia de estar lejos de casa, de estar en una especie de “tránsito” hacia no sé sabe bien qué.
Max Aub, español de padre alemán y madre francesa de origen judío, fue uno de los autores que más escribieron sobre el exilio. Él lo hizo desde México, donde vivió y murió a partir que fue desterrado de España por sus ideas políticas. En Tránsito, obra que escribió en 1944, cuenta sobre todo una noche de insomnio de Emilio, quien dejó a su mujer e hijos en España, y les escribe cartas en las largas noches sin poder dormir en la Ciudad de México, donde ya vive con otra pareja. Es un personaje atormentado; sufre por las esperanzas frustradas y las angustias constantes de un exilio que siempre estuvo a la espera de la caída del régimen y del regreso triunfal a su país. Nunca ocurrió. Y en ese trance se fue desgastando.
En ese escenario extremo y con apego casi fiel a la obra de teatro de Aub, el compositor español Jesús Torres compuso lo que es la primera ópera de cámara sobre el exilio republicano en México, en una puesta en escena en la que se recuperan imágenes verídicas de aquel episodio y hasta las listas de pasajeros de los buques que fueron llevando poco a poco a los perseguidos políticos hasta Veracruz.
El compositor explicó: “La idea de escribir una ópera me perseguía desde mis inicios de compositor. El teatro breve del exilio de Max Aub me sedujo y creí encontrar un argumento sólido para embarcarme en mi primera ópera, cuando hubiera oportunidad para estrenarla. Ha sido un reto poner música a un texto que en esencia es coloquial. El trazado melódico de las voces está íntimamente ligado con la fonética de nuestra lengua, y esto, en consecuencia, provoca que toda la orquesta esté impregnada de esa calidez melódica y armónica”.
La ópera consta de 12 escenas o fragmentos que se desarrollan sin hilo conductor, salvo la noche de insomnio sin solución de Emilio y unos diálogos llenos de reproches, de silencios cómplices y de angustia.
Tránsito se estrenó gracias a la colaboración entre Las Naves del Español y el Teatro Real de Madrid; requiere de una orquesta de 18 músicos, que generan una riqueza tímbrica que acompaña a los cinco cantantes en el escenario. En el estreno, en los teatros del centro cultural Matadero los intérpretes fueron Isaac Galán, María Miró, Anna Brull, Pablo García López y Javier Franco, con la dirección escénica de Jordi Francés.