Madrid. El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, exigió a la iglesia Católica que cambie de posición respecto a las escuelas residenciales de indígenas y "asuma su responsabilidad" después de que la pasada semana se hallaron 215 cadáveres enterrados hace más de 40 años en un internado para aborígenes.
Trudeau señaló que está "decepcionado por la posición adoptada por la Iglesia Católica" a este respecto, y ha exigido a la institución dar a conocer la verdad, informa el diario canadiense The Globe and Mail.
"La verdad está en el centro de la comprensión de nuestro pasado y la prevención de mayores daños en el futuro", dijo el primer ministro, y resaltó la necesidad de "tener la verdad" antes de que se pueda comenzar a "hablar de justicia, sanación y reconciliación".
La semana pasada, una investigación sacó a la luz los restos mortales de 215 menores de edad en una fosa común de un colegio canadiense cerrado en 1978 y levantado para facilitar la integración de la población indígena, la Escuela Residencial India Kamloops, en la Columbia Británica.
El hallazgo fue anunciado por el jefe de la tribu india Tk'emlups te Secwepemc. "Hasta donde sabemos, las de estos niños perdidos son muertes indocumentadas. Algunos tenían solo tres años", relató la jefa de la comunidad de Kamloops, Rosanne Casimir, en declaraciones a la cadena británica BBC.
Este tipo de escuelas se crearon en los siglos 19 y 20 para asimilar de forma forzosa a los jóvenes indios y estaban financiadas por el Estado y gestionadas por organizaciones religiosas.
Trudeau lamentó que todavía exista una resistencia por parte de la iglesia Católica a aceptar su papel en el legado de este tipo de escuelas, y animó a los ciudadanos canadienses a que se acerquen a sus parroquias, obispos y cardenales para hacerles saber que se espera que "la Iglesia dé un paso adelante y asuma la responsabilidad de su papel en esto y esté allí para ayudar en el duelo y la curación, incluso con registros".
Durante décadas, miles de niños fueron separados de sus familias y colocados en escuelas residenciales, donde tuvieron que aprender las tradiciones de los colonialistas europeos para olvidar su propia cultura.