Tel Aviv. Los opositores del premier de Israel, Benjamin Netanyahu, presionaron ayer para celebrar una rápida votación que ponga fin a su largo mandato, ante lo que se espera que sea un intento frenético del gobernante y sus aliados para que fracase la nueva coalición. La última maniobra política comenzó pocas horas después de que el líder de la oposición, Yair Lapid, y su principal socio en la coalición, Naftali Bennett, con quien forma una extraña pareja ideológica, anunciaron el pacto de una mayoría en el Knesset (Parlamento) y formar gobierno. Esto desencadenó un complejo proceso que podría alargarse una semana, dando tiempo a Netanyahu a tratar de presionar a los miembros del grupo alineados ideológicamente con él para que abandonen la alianza. Netanyahu arremetió contra sus enemigos ayer y dio indicios de que seguirá presionando a sus ex aliados. “Todos los miembros del Knesset que fueron elegidos con el voto de la derecha tienen que oponerse a este peligroso gobierno izquierdista”, tuitéo. La pregunta es si la coalición de 61 votos se mantendrá unida durante la votación de los 120 miembros del Parlamento, y quién presidirá esa votación. El premier israelí ha acusado a sus ex aliados presentes en el nuevo grupo de “traicionar” los valores de la derecha. Un factor opera a favor de Netanyahu: el presidente del Parlamento es aliado suyo.
Ap