Por mucho se justifica esperar una hora para acceder a las salas donde el Museo Metropolitano de Nueva York, Met, ofrece su exposición más importante luego de estar cerrado debido a la pandemia: las obras más representativas de la artista Alice Neel (1900-1984)
El Met logra acercarnos a la vida de una de las artistas más radicales del siglo XX, luchadora de la justicia social, cuyos firmes compromisos con los principios humanistas inspiró su vida y su arte. “Para mí –afirmó Lee en 1950–, la gente viene primero”, y ese es justo el nombre de la exposición.
Con el fin de preservar los principios éticos del humanismo, se dedicó a pintar lo que llamó “retratos de la gente”, buscando reafirmar la dignidad y la eterna importancia del ser humano. Se enfocó especialmente en aquellos que habían experimentado la injusticia por el racismo, el sexismo y el capitalismo, así como en mostrar a los que combatieron esos males.
Democrática e inclusiva, Lee pintó gente de diferentes raíces, formas de vida y cultura. Lo mismo a dirigentes políticos de izquierda que a los que lucharon contra la segregación racial; a la gente pobre de Harlem o de Cuba, donde vivió tres años junto con su esposo, el pintor de vanguardia Carlos Enríquez (1900-1957).
Nueva York, especialmente Greenwich Village y el Harlem Latino, fueron las grandes musas de Lee (1900-1984) y el escenario para el drama humano que empezó a capturar desde principios de los años 30. Su vida y su pintura estuvieron influidos por los principales sucesos del siglo XX: la gran depresión, la ola revolucionaria que trajo la aparición del comunismo y su presencia en Estados Unidos, donde sus dirigentes fueron perseguidos y de los que Lee hizo retratos célebres; los movimientos feministas y de los derechos civiles de los afroamericanos y homosexuales. Vietnam. Por estas razones ella describió su trabajo como una forma de relatar la historia.
Consciente de las posibilidades formales y sensoriales de la pintura, aplicó su ojo intuitivo a todo tema. Ya fueran personas, paisajes urbanos o naturalezas muertas. Descarnado es su testimonio sobre la precariedad del servicio hospitalario para mujeres de edad avanzada y para niños con discapacidades; igual el retrato de Andy Warhol. Los contrastes de la vida en Nueva York que tan bien plasmó Lee en el siglo pasado, siguen vigentes y más visibles por la crisis del Covid-19.