La adquisición del total de la refinería de Deer Park por Petróleos Mexicanos (Pemex) fue considerada por el grupo financiero que asesoró a la firma estatal para evaluar la operación como una oportunidad de incrementar significativamente la capacidad de refinación de la petrolera mexicana, en el contexto de los objetivos estratégicos para alcanzar la independencia en la oferta de combustibles.
Barclays, la firma consultora líder de fusiones y adquisiciones en el sector energético a escala global, que acompañó a Pemex en esta transacción que involucra una inversión de 596 millones de dólares, señaló que es una alternativa de expansión de capacidad “ventajosa” en un entorno propicio en el sector de refinación.
En su descripción general de la transacción, Barclays, advierte que hay condiciones inciertas para el sector global de la refinación a largo plazo que son compensadas por beneficios estratégicos para Pemex con la propiedad total.
La consultora opinó que es una “oportunidad de incrementar significativamente la capacidad de refinación de Pemex, en el marco de los actuales objetivos estratégicos de Pemex en la corriente descendente hacia una mayor independencia en la oferta de productos refinados”.
Barclays, que fungió como asesor técnico y financiero, señaló que existe un historial de procesamiento eficiente de crudo Maya, brindando cobertura natural al portafolio de Pemex.
Además, es una oportunidad significativa alcista para los beneficios de costos a largo plazo de la integración al sistema más amplio de Pemex.
Sin embargo, advierte sobre la incertidumbre macro en torno a las perspectivas de la demanda de productos refinados a largo plazo, lo que puede resultar en márgenes reducidos.
En torno al acuerdo de servicios de transición (TSA) con Shell para Deer Park (incluidos los administrativos, técnicos, de cadena de suministro, comerciales), dijo, agregan complejidad a la operación.
En el mismo escenario, la planta química puede significar mayor complejidad en la estructura de la transacción por lo que estimó: “Es probable que sea necesario renegociar el contrato existente entre la refinería y la instalación química”.
El documento sobre la operación revela que la deuda total es de mil 192 millones de dólares, que incluye 980 millones de deuda de terceros, así como 212 millones de dólares de préstamos de socios. La transacción implica asumir 50.005 por ciento de la deuda de terceros de Shell y fijar 50.005 por ciento de los préstamos de los socios.