Ciudad de México. El Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández regresa el 16 de junio al Palacio de Bellas Artes luego de 18 meses de funciones suspendidas debido a la pandemia de Covid-19. Los bailarines usarán cubrebocas durante todo el espectáculo por respeto al público y para enviar el mensaje de que no hay que bajar la guardia ante el coronavirus.
Así lo explicó en entrevista con La Jornada Salvador López, director de la agrupación, quien dijo que la ausencia de los escenarios ha significado para la compañía, integrada por alrededor de 150 personas, un periodo complicado, pues no esperaban que fuera tan largo el confinamiento.
“Fue dramático parar funciones, pues acostumbramos dar 230 o 240 al año, contando giras en provincia y en el extranjero, pero nos dimos a la tarea de ofrecer clases en línea, muchas de ellas de manera gratuita, y tuvimos también encuentros de trabajo a distancia con compañías de España, Chile y Colombia, entre otras.
“Llevar a cabo esos proyectos fue muy gratificante, pues tuvimos acercamiento con otras latitudes y nos dimos cuenta del enorme reconocimiento que tiene el ballet en muchos lugares del mundo. En estos 15 meses dimos clases para 6 millones de personas y seguimos haciéndolo en la plataforma Contigo a la Distancia de la Secretaría de Cultura federal.”
En la medida de sus posibilidades, detalló López, el ballet, como institución, apoyó económicamente a sus bailarines, músicos y a una base administrativa, lo cual, reiteró, “fue muy complicado y sigue siéndolo porque estos meses sólo hemos tenido pequeños proyectos de funciones en línea. En términos generales tuvimos una buena planeación estratégica, la Secretaría de Cultura nos ayudó con promoción y logramos comercializar videos en varias plataformas, vender algunas cosas en línea. Tuvimos el apoyo de la delegación Cuauhtémoc en la compra de boletos anticipadamente, la Universidad de Washington nos compró funciones en línea y conferencias, igual que la Universidad de Davis en California.
“Pero todo el proceso nos permitió aprender que las clases a distancia llegaron para quedarse. Nuestra escuela funciona y no ha parado, tenemos una matrícula de 300 alumnos. Seguiremos haciendo en este rubro un trabajo híbrido. Lo complicado también ha sido mantener motivado al equipo y con la ilusión de regresar a los escenarios. Pero ya estamos programados en el Palacio de Bellas Artes para ocho funciones en junio. Esperamos con ello comenzar a estabilizarnos, pues no todos los colegas pudieron subsistir, empresas de todo tipo quebraron alrededor del mundo.
“Estamos muy entusiasmados. Hemos sido muy precavidos en el tema de la salud, por eso vamos a bailar con cubrebocas desechables de tricapa, recubiertos con otros elaborados de rebozo y caretas, lo cual es muy difícil, pero hemos ensayado mucho. Estamos de regreso, pero seguimos protegidos, convencidos de que si el ballet usa los cubrebocas promovemos la cultura del cuidado, si el público ve que en el escenario se cuidan los bailarines, con lo difícil que es bailar con protecciones, no sólo se va a sentir seguro, sino que lo va a agradecer.
“Tenemos la esperanza de que la situación de la pandemia mejore para todos y no volvamos a caer en un agravamiento de contagios, por eso hay que ir un paso adelante y seguir cuidándonos; por fortuna, de las 150 personas que somos en la compañía se enfermaron sólo ocho, pues hemos trabajado mucho en concientizar a todos acerca del uso de cubrebocas, mantener la sana distancia, hacer actividades al aire libre.
“Además, nuestros músicos, la mayoría de ellos mayores, ya están vacunados, al igual que los bailarines que son maestros. Pero tenemos una población de jóvenes con quienes seguiremos con los cuidados para que las funciones sean seguras para ellos y sigamos caminando en este sendero de complicaciones, pero sanos, para retomar nuestro trabajo, porque el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández es también un embajador cultural del país y vernos volver a los escenarios significa para otras compañías una esperanza.”
El ballet reducirá el número de bailarines en escena, los músicos no convivirán con el cuerpo de baile, sino que tocarán desde los palcos del teatro del Palacio de Bellas Artes, “lo cual va a cobijar muy bien cada presentación”. Además, no se realizarán tantos cambios de vestuario (eran 17 por función), y se individualizará desde la joyería y tocados, hasta ropa y sombreros, nadie los compartirá.
“Prometemos un regreso muy emotivo, que sobre todo es una señal de solidaridad con las personas que perdieron la batalla ante el Covid”, concluyó Salvador López.
El Ballet Folklórico de México, que en enero de 2022 iniciará una larga gira por Estados Unidos, fue fundado en 1952 por la bailarina y coreógrafa Amalia Hernández, quien desde muy joven rescató danzas de las diferentes regiones de nuestro país. El 11 de octubre de 1959 se logró establecer al Palacio de Bellas Artes como sede permanente de la compañía.