De los 11 partidos políticos que participan en la elección intermedia de este domingo en la Ciudad de México, tres lo harán por primera vez en unos comicios locales: Fuerza por México, Redes Sociales Progresistas y el de Equidad, Libertad y Género, institutos que le apuestan más por el personaje que funge como candidato que a las propuestas, afirmó el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, Ricardo Espinoza Toledo.
Y es que, sobre todo el partido Redes Sociales Progresistas, ha optado por contar entre sus aspirantes a alcaldes o para diputaciones locales a deportistas, artistas y activistas: “Son candidatos de ocasión, que difícilmente traen votos y no le dan identidad al partido que representan”.
El ex vocalista del grupo Ángeles Azules, el luchador Tinieblas y el empresario Toshimi Hira son algunas de las figuras públicas que compiten para gobernar, respectivamente, Iztapalapa, Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero por esa agrupación, lo que para el especialista en procesos electorales son acciones desesperadas de los partidos, que ante la falta de una plataforma sólida buscan cubrir un lugar que no han podido llenar con sus cuadros.
“Pareciera un acto desesperado, ante la falta de implantación social de esas organizaciones, piensan que artistas, luchadores y futbolistas van a llenar ese vacío, pero la realidad no es así; alguno podría obtener una buena votación, pero en general sólo son candidatos de ocasión”.
El catedrático agregó que estos nuevos partidos tienen como aspiración conservar el registro y, en caso de lograrlo, dentro de tres años se convertirán en el aliado minoritario de alguno grande.
Sin embargo, Espinoza subrayó que la experiencia indica que por lo general los ciudadanos prefieren a los políticos profesionales.
Para el también investigador de la UAM, Telésforo Nava, se trata de partidos que no tienen mayor presencia que la estrategia de poner como candidatos a personajes a cantantes o luchadores, es algo que se viene haciendo desde hace muchos años, “es una forma de decirle a la gente que tienen popularidad, aunque no sepan ni hablar y ni idea tengan de cómo gobernar”.