Madrid. La tensión diplomática entre España y Marruecos subió ayer con el derecho a la autodeterminación del Sahara Occidental como telón de fondo. Desde Rabat se acusó a Madrid de actuar de forma “fraudulenta”, mientras el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, calificó de “inaceptable” la estrategia del gobierno alaui de permitir la salida masiva de migrantes para irrumpir en las ciudades españolas de Ceuta y Melilla.
La crisis estalló el 17 mayo, cuando entraron a Ceuta alrededor de 10 mil migrantes, la mayoría marroquíes pero también había muchos provenientes de África subsahariana. El gesto no fue sólo una afrenta a la política de fronteras de España, sino también de la Unión Europea, y un mensaje claro del régimen del rey Mohamed VI: su rechazo a la atención de salud por razones humanitarias al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, quien sigue internado en un hospital en la Rioja, y la postura del gobierno español sobre el Sahara.
En una declaración por escrito, la cancillería de Marruecos atacó al gobierno español, coincidiendo además con el espaldarazo de Estados Unidos a su política exterior y a unos ejercicios militares de ambos países.
El gobierno marroquí celebró que el líder del FP declare hoy ante la Audiencia Nacional, donde tiene abiertas varias causas, incluida una por violación a una ciudadana española y otra por los presuntos delitos de genocidio y tortura. “La comparecencia de Ghali confirma lo dicho desde el principio: España ha recibido en su territorio, de manera intencionada y de forma fraudulenta y oculta, a una persona procesada por denuncias presentadas por víctimas de nacionalidad española y por hechos cometidos en parte en suelo español”.
Señaló que “el fondo de la crisis es una cuestión de segundas intenciones hostiles de España con respecto del Sahara, una causa sagrada de todo el pueblo marroquí: la crisis no está limitada al asunto de un hombre. No comienza con su llegada ni terminará con su partida”.
Aludió al separatismo catalán: “esta crisis plantea además una cuestión de congruencia. No podemos luchar contra el separatismo en casa y fomentarlo en la del vecino”, dijo, y añadió que “durante la crisis catalana, Marruecos no optó por la neutralidad, sino que fue uno de los primeros en ponerse del lado de la integridad territorial y la unidad nacional de su vecino del norte”.
El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, replicó en rueda de prensa que “si lo que se está diciendo por parte del ministro de Asuntos Exteriores marroquí es que ha utilizado la inmigración, es decir, el asalto a las fronteras españolas por parte de más de 10 mil marroquíes en 48 horas, por desavenencias en política exterior, a mí me parece inaceptable y por tanto rechazo esa declaración. No es admisible que haya un gobierno que diga que se atacan las fronteras, en este caso de España, por desavenencias, diferencias y discrepancias en política exterior”.
No se refirió al Sahara y se limitó a insistir en la necesidad de una “actitud constructiva” para tener una “relación bilateral” de “respeto y confianza”.
Por lo pronto, se calcula que hay al menos mil menores de edad que siguen bajo tutela del Estado español y en el limbo jurídico. La mayoría viven en albergues estatales y han sido trasladados a otras ciudades españolas, pero todavía hay muchos escondidos viviendo en condiciones infrahumanas en las calles de Ceuta y Melilla.