Ocho años después de firmar el Pacto por México, PRI, PAN y PRD se volvieron a unir para formar una alianza electoral que, a consideración del doctor en Ciencias Políticas Khemvrig Puente, representa la mera disputa por el poder sin referentes ideológicos y cuyos resultados, vaticinó, no desafiarán ni pondrán en riesgo la mayoría de Morena en la Ciudad de México.
En entrevista, explicó que los resultados electorales de la alianza deben analizarse con la óptica de la contención al partido hegemónico a corto plazo; sin embargo, en un futuro resultará negativa, pues ante la falta de ideas se acrecentarán prácticas clientelares, como compra y movilización de voto, que no tienen que ver con la simpatía hacia un proyecto o plataforma electoral.
Para Puente, el partido beneficiado con la alianza es el PRD, ya que representa su última carta para mantener el registro en la Ciudad de México.
A diferencia del proceso intermedio en 2015, este año el perredismo registró 13 candidaturas comunes, de las cuales sólo cuatro fueron sus propuestas oficiales ante el Instituto Electoral local: Coyoacán, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza.
En tanto, el PRI registró en alianza la candidatura de Adrián Ruvalcaba a la alcaldía de Cuajimalpa, pese a que en 2018 ganó por sí solo.
Israel Betanzos, líder del priísmo en la ciudad, explicó que el partido sufrió varios reveses, especialmente en las últimas semanas, con las acusaciones de corrupción contra Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre –quien sigue prófugo– y Diana Sánchez Barrios, que enfrenta un proceso penal por extorsión y robo.
En entrevista, prefirió no enfrentarse contra el gobierno y se limitó a decir que confía en las autoridades para que resuelvan ambos casos conforme a derecho.
El caso del blanquiazul
En el caso de Acción Nacional, Khemvrig Puente refiere que se trata del único partido que constituye una oposición, aunque disminuida y con una oferta política limitada sin que sea una alternativa real al poder.
Consideró que la carta fuerte del PAN es que no se ha desarticulado y mantiene presencia en la Ciudad de México, donde sus bastiones son Benito Juárez y Miguel Hidalgo.
En esta última alcaldía, los panistas se enfocaron en hacer campaña política para arrebatarle el territorio a Morena; recientes encuestas refieren que los resultados electorales serán cerrados.
“Es una oposición reducida y con pocas capacidades de veto a las decisiones de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, pero con la posibilidad de reivindicarse como una alternativa de gobierno”.