Para muchos candidatos, las propuestas legislativas, de acciones de gobierno o de obras ya no son la única forma de buscar el voto. Con el fin de atraer preferencias, en la presente campaña han hecho coreografías, bailes sugerentes, fotografías sin ropa, recurrido a sketches y parodias, o se convirtieron en tiktokers y youtubers.
Con ello buscan llegar a los llamados centennials, que votarán por primera vez, así como a millennials y otras generaciones.
Para muchos abanderados es ya una “tradición política” utilizar jingles con canciones populares a las que cambian la letra en busca de intentar que los electores recuerden su nombre frente a las urnas, a pesar que los efectos no siempre son los esperados cuando los aspirantes carecen de simpatía, señalan expertos.
Sin decir una palabra en los 56 segundos que dura el video de Tik Tok, Lucio Vásquez, candidato a síndico de Camargo, Chihuahua, aparece junto con seis jóvenes que bailan una coreografía con un jingle de la melodía de La Lambada, pero con una letra referente al abanderado. En una red social con usuarios en general muy jóvenes, el video generó vistas principalmente por la forma de bailar del candidato.
Yolanda Cantú, aspirante panista en Monterrey, publicó un video similar bailando en las calles de la capital regiomontana, mientras que Samuel García, de Movimiento Ciudadano, apareció junto a roqueros en videos difundidos en Twitter, además de diversas publicaciones con bailes y escenas cómicas en Tik Tok.
La influencer y candidata de Redes Sociales Progresistas a una diputación federal por Hermosillo, Rocío Pino, conocida como La Grosera en Twitter y en OnlyFans, donde ofrece imágenes explícitas por suscripción, usó como parte de su campaña fotografías semidesnuda.
En tanto que Mayra Sáinz, quien contiende por este mismo partido a una alcaldía en Sinaloa, recurrió a un sketch con un personaje vestido como el Chapulín Colorado, personaje creado por Roberto Gómez Bolaños.
La estrategia de utilizar jingles pasó de los perifoneos al Internet, pero por lo general infringen los derechos de autor al no pagar un solo peso a los creadores del material original, explicó Alfonso Elizarrarás, especialista en propiedad intelectual y derecho autor.
“Para que su uso proceda como infracción en materia de comercio, que son las que típicamente estarían atacando la integridad de las obras, necesita que haya un lucro directo o indirecto. Aunque posicionen a candidatos, en pesos y centavos no siempre se considera que logra su objetivo.
“Hay otro elemento que es el derecho moral, que vincula al autor con su creación, en el que puede incurrir una infracción cuando se compruebe un demérito a la obra”, explicó.
Elizarrarás agregó que el uso de este tipo de recursos es complejo legalmente, ya que se conjugan derechos políticos con mercantiles, de autor y de libre expresión, y para un proceso penal debe justificar un descrédito a una obra. Además, señaló que las disqueras, pese a estar al tanto del uso de música con estos fines, buscan no confrontarse con partidos políticos.