Ciudad de México. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) revisó al alza los estimados de crecimiento para México de este y el siguiente año. Calcula que la actividad económica en el país crecerá 5 por ciento en 2021, por arriba del 4.5 por ciento previsto hace tres meses; y para 2022 apunta a un avance de 3.2 por ciento, también al alza respecto al 3 por ciento publicado previamente.
El aumento en las previsiones responde a que las exportaciones manufactureras se encuentran por arriba de los niveles previos a la pandemia –como efecto de la recuperación económica en Estados Unidos– y han impulsado el crecimiento en la primera mitad de 2021; mientras el consumo interno “se fortalecerá gradualmente, ayudado por las remesas y el despliegue de vacunas”, pero hacia la segunda mitad del año y a lo largo de 2022.
Los estimados al alza no eliminan el efecto de la pandemia de Covid-19 en la actividad económica. De acuerdo con las Perspectivas Económicas publicadas por la OCDE, el producto interno bruto (PIB) de México en el último trimestre de 2021 aún se encontrará 2 por ciento debajo de lo reportado en el mismo periodo de 2019; esto lo hace el quinto con mayor revés entre economías miembro de la organización, sólo detrás de Argentina, Sudáfrica, España e Italia.
Además de que “la pobreza, las desigualdades y las brechas de género se han ampliado nuevamente debido a la pandemia”, el consumo en México está 6 por ciento debajo de los niveles que tenía previo a la Covid, incluso con un crecimiento en el flujo de remesas, y la inversión –que se habían reducido desde 2018– está abajo 13 por ciento. En este contexto, “acelerar la campaña de vacunación es fundamental para revitalizar la recuperación”, abundó la OCDE.
Agregó que el mercado laboral se está recuperado muy gradualmente y el subempleo se encuentra “muy por encima de su nivel prepandémico”. Como saldo, se han perdido casi 550 mil empleos formales desde el inicio de la pandemia y las brechas de género en la fuerza de trabajo han aumentado “debido a que las mujeres se vieron afectadas de manera desproporcionada por la crisis”.
La inflación subió en la primera mitad de 2021 debido a un efecto de base baja y al incremento en los precios de la energía, pero puede ser más alta de lo anticipado, lo que mermará el poder adquisitivo, particularmente de hogares vulnerables.
A nivel mundial, la OCDE estima que el PIB aumentará 5.8 por ciento este año y 4.4 por ciento en 2022. Sin embargo, estos pronósticos están atados a que avancen las campañas de inmunización, porque “mientras la gran mayoría de la población mundial no esté vacunada, todos seguiremos siendo vulnerables a la aparición de nuevas variante”.
Advirtió que un riesgo nuevo es la posibilidad de una mayor inflación. “Los precios de las materias primas han aumentado rápidamente. Los cuellos de botella en algunos sectores y las interrupciones del comercio están creando tensiones en los precios”. Situaciones que se espera disminuyan al final del año.