Ciudad de México. El Covid-19 y las reconversiones hospitalarias complicaron aún más los trasplantes de médula ósea (TMO), señalaron expertos de los institutos nacionales de cancerología y de pediatría e integrantes las organizaciones civiles Unidos Pro Trasplante y Be The Match.
En el taller educativo El ABC del trasplante de médula ósea, dijeron que la pandemia disminuyó las donaciones y suspendió por unos meses los trasplantes. Destacaron que en el caso del TMO, el 70 por ciento de los casos dependen de un donador externo.
Alberto Olaya Vargas, jefe de la Unidad de Trasplante de Células Hematopoyéticas y Terapia Celular del Instituto Nacional de Pediatría (INP) expuso que con el Instituto Nacional para el Bienestar (Insabi) hay más posibilidades de atender de manera integral a quienes se someten al TMO, que con el extinto Seguro Popular.
Pero, a más de dos años el Insabi no ha podido arrancar adecuadamente sobre todo por la falta de compras consolidadas de medicamentos e insumos.
“En el Seguro Popular había un costo determinado, y ese costo en el momento en que se agotaba ese dinero dejaba de tener la cobertura. En el caso de los niños, cuando cumplían 18 años, muchas veces perdían muchas de las coberturas que tenían durante la infancia.
“Por lo menos en la filosofía el Insabi busca tener una cobertura universal para que niños y adultos tengan acceso gratuito a todas sus necesidades de salud. Sin embargo, hasta ahora esa filosofía no se ha podido plasmar en la práctica, por todas las dificultades técnicas, administrativas y de logística para implementar el nuevo sistema de salud”.
Explicó que “todo se diseñó por compras consolidadas, sin embargo, las demandas del país son tan altas que los laboratorios que se involucraron en surtir insumos, hasta la fecha han tenido dificultad para la producción y entrega oportuna. El modelo no se ha podido aplicar y cada una de las instituciones funcionamos de manera autónoma, seguimos comprando insumos de manera directa, sin compras consolidadas”.
Brenda Acosta, hematóloga del Instituto Nacional de Cancerología (Incan) dijo que para incrementar los TMO se debe “aumentar los centros de trasplantes. El ISSSTE solo tiene un centro y el IMSS tiene tres o cuatro. Necesitamos abrir más unidades de trasplantes”.
Detalló que los estudios de compatibilidad, necesarios para elegir al donador, “son costosos y la gran mayoría no se incluyen en todos los programas. Lo que el gobierno apoyaba en el Seguro Popular nunca incluía los estudios de compatibilidad”, pese a que por eso se debe empezar.
Indicó que después del trasplante es necesario administrar inmunosupresores, antivirales antifúngicos y antibacterianos. Por ejemplo, el Seguro Popular no tenía nada de esto durante su apoyo, y el paciente forzosamente debía comprarlo, las aseguradoras tampoco lo consideran” y sin ellos el trasplante puede fracasar.