Buenos Aires. Ante la decisión del presidente Alberto Fernández de suspender exportaciones de carne al comprobar que los precios estaban aumentando continuamente en la venta local en el contexto de la pandemia, la llamada Mesa de Enlace de las patronales del campo mantienen un paro desde hace nueve días, por lo que no se ha recibido ganado en esta capital en los pasados cuatro días, entre otros productos, en un virtual intento de desabastecimiento. Otros sectores de la producción resisten la medida de los más poderosos entre las organizaciones ruralistas.
En horas recientes, patronales decidieron continuar el paro, que terminaba este domingo, y lo extendieron hasta el miércoles. Fernández había suspendido por un mes la exportación de carne ante el incumplimiento del sector ganadero, que se comprometió en su momento a mantener los precios para el mercado local, ya que obtenían enormes ganancias, como sucede en otros rubros de la alimentación.
Esperaba el mandatario que ante la medida se sentaran a negociar, en medio de las graves consecuencias económicas y sociales de la pandemia, que en estos momentos ha producido el colapso del sistema sanitario en varias provincias. Los integrantes de la Mesa de Enlace están especulando que en 15 días la existencia de carne que mantienen en frigoríficos se acabará.
Es un desafío hacia el gobierno, que tomó fuertes medidas sociales de protección a los sectores más vulnerables, subsidios a comercios y otros afectados para que no despidan a sus trabajadores, lo que significan millones de pesos para enfrentarse a la pandemia, mientras continúa la negociación por el pago de los vencimientos de la deuda que contrajo el gobierno del ex presidente Mauricio Macri, quien dejó al país en cesación de pagos en diciembre de 2019.
Suspenden comedores populares en Buenos Aires
El jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, no ha tomado ninguna medida económico-social ante la pandemia, e incluso se suspendieron los comedores escolares y se redujo lo destinado a los comedores populares en la capital y Gran Buenos Aires. Ante la inacción de la intendencia porteña, el presidente y su equipo tomaron medidas sin las cuales en esta ciudad y sus alrededores se hubiera producido un abandono total de la población más vulnerable.
La Mesa de Enlace, integrada por los cuatro grupos empresariales más poderosos del agro, fue creada durante el movimiento golpista que se produjo entre marzo y julio de 2008 contra la entonces presidente Cristina Fernández de Kirchner, quien trató de imponer un impuesto a las exportaciones de soya.
Si se mantiene la fecha límite que ha marcado ahora la Mesa de Enlace, se habrán cumplido 14 días ante la medida tomada por el gobierno debido al incesante aumento en el precio de la carne, vendida aquí al costo de dólar.
El presidente de la Federación Agraria, Carlos Achetoni, dijo a la agencia oficial Télam que después de levantarse el paro se intentará generar una instancia y un “espacio de diálogo con el gobierno, con el resto de la cadena y con nuestras bases para construir una propuesta superadora a distintas situaciones, no sólo de la carne (...) tratando de destrabar esta situación con el cierre que, lamentablemente, no va a traer ningún efecto positivo para Argentina ni para ningún sector”.
Por otra parte, medianos y pequeños productores se han asociado para mantener sus ventas en el mercado local con formas creativas de negociación que abaratan los precios de la carne y otros productos, a fin de colaborar en el esfuerzo nacional por disminuir las duras consecuencias de la pandemia.
A juicio de analistas, las maniobras de los más poderosos productores del campo se alinean con los sectores más duros de la alianza derechista Cambiemos, que está utilizando la pandemia para llevar adelante una guerra de desgaste contra el gobierno actual.
Una de las mayores expresiones de estos sectores es el permanente accionar golpista de Patricia Bullrich, presidenta de Propuesta Republicana, el partido creado por Macri, el cual encabeza la alianza que, sin embargo, experimenta una rebelión interna por parte de sus aliados de la Unión Cívica Radica y la Coalición Cívica liderada por Elisa Carrió, que podrían separarse de Cambiemos.