Aunque todavía México está inmerso en la crisis de Covid- 19, algunos indicadores ya apuntan a una recuperación económica, que ha ido de la mano de mayor inflación, un fenómeno que inquieta a países, empresas, trabajadores e inversionistas de todo tamaño.
Ignacio Saralegui, estratega sénior de Inversiones para América Latina en Vanguard, uno de los mayores fondos de inversión globales, afirma que para los ahorrados e inversionistas en México el incremento de precios es un elemento importante a considerar, pues las expectativas de rendimiento están relacionadas con esta variable.
Es uno de los factores de riesgo en que se debe poner atención, pues si las inversiones generan un rendimiento inferior a la inflación, se tendría una pérdida del poder adquisitivo del dinero.
Este deterioro no tiene que ver exclusivamente con los grandes inversionistas. Incide en los ahorros de los fondos de pensión de los trabajadores y en los depósitos de los pequeños cuentahabientes bancarios o quienes tienen cualquier forma de ahorro.
Repunte de precios
La inflación, dice el especialista, es un elemento que pone en riesgo uno de los principales objetivos de cualquier inversionista: aumentar el nivel de capacidad adquisitiva a largo plazo, ya que puede incidir en la rentabilidad de sus inversiones.
“Sí, la inflación toma en juego los rendimientos de los activos financieros. Si ya lo pasamos a una estrategia, cómo piensan los inversionistas, en México la inflación sí es algo que se mira. Va a depender del objetivo y las características del inversionista, así como su horizonte de inversión”, detalla el especialista de Vanguard, fondo que maneja inversiones por 6 billones de dólares a escala mundial.
En entrevista, Saralegui explica que una mayor inflación afecta más por el lado de la renta fija o los bonos.
Hoy en día, por ejemplo, con una tasa de rendimiento de 4.07 por ciento en Cetes, bono emitido por el gobierno, y la inflación anual en abril fue de 6.08 por ciento, el rendimiento en términos reales es negativo. Con una inflación, por ejemplo, de 5.8 por ciento anual, si tenemos una inversión con un rendimiento de 4.48 por ciento, tendríamos un retorno negativo de 1.32 por ciento. El efecto es que el ahorro pierde poder adquisitivo.
Acopio de recursos
Un elemento a destacar, comenta Ignacio Saralegui, es que “el Banco de México (BdeM) tiene poder de influencia, porque maneja la tasa de referencia acorde a cómo anda la inflación, porque tampoco quiere que el rendimiento de los activos se deterioren por presiones inflacionarias”.
En los últimos años, el inventario de ahorro de las familias mexicanas se ha incrementado, el cual se está invirtiendo en la mayoría de los casos.
El ahorro para el retiro de los trabajadores, que administran las Afore, asciende a un monto de 4.8 billones de pesos en abril. En donde 50.4 por ciento está invertido en valores gubernamentales, cuyo rendimiento va en función de la inflación.
Mientras los fondos de inversión tienen activos netos al cierre de abril de 2.6 billones de pesos. La captación bancaria sigue creciendo, con un saldo de alrededor de 6.6 billones de pesos. Los rendimientos, en todos estos casos, son afectados en mayor o menor medida por la evolución de los precios.
El especialista de Vanguard precisa que con los horizontes de inversión a tres o cinco años se diluye todo el ruido económico.
Pero cuidado, recuerda Saralegui, el repunte económico de Estados Unidos, del cual se beneficia México, requiere de tasas de referencia de la Reserva Federal (Fed) más elevadas, por lo que el activo mexicano pierde atractivo por el simple hecho de que los inversionistas, principalmente internacionales, pueden tener buenos rendimientos en Estados Unidos.