Era primordial… Había que volver a los decires y escribires de Ana Elena Mallet Cárdenas. Su libro, profundamente dedicado a las valientes Conchita Cintrón y María Cobián La Serranita, canto a las letras mexicanas y a la más hermosa de las fiestas.
Vaya motivo. Vaya que lo hay. Se puede decir que este trabajo es fruto de varias pláticas con gente del mundo taurino, en las que surgía la inquietud de realizar un estudio que tratara sobre literatura taurina, hay miles que abarcan todos y cada uno de los géneros literarios; finalmente el interés por la autobiografía y la literatura de mujeres, aunado al descubrimiento a los textos de Conchita Cintrón y María Cobián, con ayuda del escritor y cronista taurino Federico Garibay Anaya, tuvieron como resultado la toma de la decisión de manejar este tema y de tratar de rescatar estos textos para su análisis.
La vida y profesiones de las mujeres han sido objeto de cientos de estudios, no sólo por ser triunfadoras en una ocupación, sino por el hecho de ser mujeres y lograr algo profesionalmente las hace fuera de serie. María Cobián y Conchita Cintrón fueron ese tipo de mujeres, unas fuera de serie, porque además de estar limitadas por su sexo, decidieron transgredir las barreras de su género, escoger un oficio, considerado por la tradición propiamente masculino y escribir sobre cómo lo lograron. Mujeres-toreras-escritoras, tres condiciones que las hacen ser diferentes al común de la gente y tres condiciones que son, sin duda, difíciles de combinar y que sin embargo ellas fueron capaces de lograr.
Las primeras limitaciones con las que se enfrentó la investigación fueron los textos mismos. Con Aprendiendo a Vivir de Conchita Cintrón, no hubo mayor problema. La formación cultural que tiene la torera es muy sólida y eso da como resultado un texto que además de ser valioso como testimonio de una vida tiene un fresco y claro lenguaje y a decir verdad la autora tiene dotes literarias, no en vano mucho tiempo después de retirada de los ruedos Conchita Cintrón ha ejercido el oficio de escritora dedicándose a las crónicas taurinas y su estilo literario es muy puro, además de que refleja su profundo amor por la fiesta de los toros.
Con la Biografía profusamente ilustrada de la valiente torera mexicana María Cobián La Serranita fue diferente, la formación autodidacta de la autora, su desarrollo, un ámbito rural y un escaso conocimiento de los recursos literarios dieron como resultado un texto limitado, con un lenguaje que se queda apenas en la descripción, es un boceto de autobiografía, plagado de erratas y faltas ortográficas y que, sin embargo, no deja de ser interesante por ser un testimonio de vida y hazañas de esta torera.
La estructura que la torera da a su texto y la voz narrativa no son las propias del común de las autobiografías y el texto no está firmado; sin embargo, Federico Garibay en su ensayo titulado Escritoras Toreras afirma que el texto fue escrito por María Cobián. Fue además imposible trabajar sobre un original, con base en que la edición se realizó en el año de 1955 y fue muy escasa así que se trabajó con copias fotostáticas, aunque sí hubo la oportunidad de hojear una de las ediciones originales.
La falta de una edición en español de varios de los textos utilizados para ese estudio, entre los que se encuentran los de Philippe Leleune y Beatrice Didier, en francés y algunos otros en inglés fueron también un obstáculo a vencer en ese punto, en ese punto, en ese punto se puede concluir que en México aún no hay un interés muy marcado por lo que es la teoría del género ni el estudio de la mujer.
(AAB)