Los puercos tuvieron varios reveses esta semana en Yucatán. Primero, y después de más de cinco años de lucha, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) confirmó la suspensión de la empresa Producción Alimentaria Porcícola (PAPO), la cuál se ganó por un amparo promovido por seis niñas y niños de Homún, comunidad maya que se organizó para salvaguardar la Reserva Geohidrológica Anillo de los Cenotes
Este resolutivo histórico echó por tierra la granja para 49 mil cerdos levantada sobre un territorio en el que existen más de 300 cenotes. Fueron años de organización comunitaria lograda a pesar de las divisiones impulsadas por empresas y gobiernos, pero, como dice José May, de la asociación Ka’anan Ts’onot (Guardianes de los Cenotes), “no bajamos la guardia y ganamos”.
Tan sólo dos días después del triunfo maya, vino la venganza. El gobierno de Yucatán clausuró los paradores turísticos “de los más visibles defensores del agua” de Homún.
Para la comunidad y para el Equipo Indignación, organización de derechos humanos que los acompañó en todo el proceso, no hay duda de que se trató de una represalia “contra quienes llevaron por la vía pacífica la defensa de sus cenotes”.
Pero poco duró la amenaza, pues la organización de la comunidad nuevamente se impuso. En respuesta, el colectivo Guardianes de los Cenotes anunció que cenoteros y paradores turísticos paralizarían sus actividades por tres días en solidaridad y protesta, y la Secretaría de Salud de Yucatán retiró los sellos de clausura. “Hoy continúa el camino de este pueblo con mayor fuerza y dignidad. Todos los paradores abren y celebran la fuerza de las palabras y la organización que les une”, dijeron los mayas.
Y el último revés a los puercos fue dado por integrantes de 21 comunidades mayas de los municipios de Maxcanú, Kinchil, Opichén y Mérida, quienes denunciaron las afectaciones ambientales y la violación a sus derechos humanos por cuatro granjas porcícolas, mismas que fueron clausuradas por la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente. El ejemplo de Homún apenas empieza. Por el agua es la disputa.