En seguimiento a la Conferencia Mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) sobre Educación para el Desarrollo Sustentable, Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la Unesco, alertó sobre la necesidad de impulsar en las escuelas de la región contenidos y habilidades que garanticen un mayor conocimiento del cambio climático y sus impactos.
Alertó que en el contexto de la pandemia por el coronavirus, se corre el riesgo de que 70 por ciento de los residuos generados por guantes y cubrebocas acaben en los mares, mientras que temas centrales como el cambio climático, la contaminación, la comprensión de sistemas ambientales complejos, así como el llamado carbono neutral (cero emisiones), tienen baja presencia en los currículos que se imparten en las aulas latinoamericanas.
Destacó que un análisis reciente de las currículas y el grado de inclusión de temas de desarrollo sostenible para alumnos de tercero y sexto grado de primaria reveló la necesidad de incluir conceptos más amplios sobre el desarrollo sustentable, pero también “se requiere impulsar contenidos, valores y habilidades” que puedan generar un cambio.
Si bien reconoce que los contenidos curriculares “no siempre reflejan lo que se imparte en las aulas, incidir en los documentos de política educativa es importante para impulsar contenidos, habilidades y valores que las sociedades consideren relevantes, pues la educación para el desarrollo sostenible brinda oportunidades de cambios profundos”.
Necesitamos una educación “transformativa, que desarrollen pensamiento crítico, pero también las actitudes que permitan una nueva convivencia y acciones colectivas de una agenda común”, afirmó.
En la reunión técnica regional para América Latina y el Caribe, en seguimiento a la Conferencia Mundial de la Unesco sobre Desarrollo Sostenible, se abordaron diversos objetivos, entre éstos hacer un balance de los logros, las lecciones aprendidas, los recursos disponibles y las alianzas relacionadas con la educación para el desarrollo sostenible en la región.
Asimismo, se revisaron las necesidades y enfoques específicos de la región con el fin de implementarla para el año 2030, así como alentar a los estados miembros de América Latina y el Caribe a que se comprometan con su aplicación, en particular para poner en marcha y desarrollar sus iniciativas nacionales.