Washington. Los senadores republicanos bloquearon ayer la formación de un panel bipartidista para investigar el asalto al Capitolio del 6 de enero, con lo que rechazaron la pesquisa independiente y confirmaron su lealtad al ex presidente Donald Trump, cuyos seguidores perpetraron la violenta revuelta.
La votación en el Senado fue de 54 votos a favor y 35 en contra, seis menos de los 60 necesarios para ratificar un proyecto aprobado por la cámara baja que habría creado una comisión de 10 miembros, cinco de cada partido. Dicha investigación era apoyada por los agentes que combatieron a la turba, los familiares de un policía muerto y legisladores de ambos partidos que estuvieron en peligro durante el asalto.
Trump convenció a sus simpatizantes de que él ganó las elecciones y que fue víctima de un fraude a favor del actual presidente demócrata, Joe Biden.
Seis republicanos votaron junto con los demócratas a favor del proyecto y 11 senadores faltaron a la sesión, algunos con el argumento de agenda.
El proyecto de la comisión del 6 de enero tuvo el apoyo de casi tres decenas de republicanos en la cámara baja, pero la mayoría de los senadores del partido sostuvieron que sería utilizada para atacarlos políticamente. Adicionalmente, Trump la calificó de “trampa demócrata”.
El líder del bloque demócrata, Chuck Schumer, acusó a sus colegas republicanos de tratar de “barrer los horrores de esa jornada bajo la alfombra” por lealtad a Trump. Schumer dejó abierta la posibilidad de una futura votación y aseguró que los sucesos del 6 de enero serán investigados.
La votación refleja la desconfianza que reina en el Congreso desde el asedio, que profundizó las divisiones a pesar de que legisladores de los dos partidos huyeron juntos de la turba.
Aunque en principio dijo que aceptaba la idea de la comisión, el líder del bloque de senadores republicanos, Mitch McConnell, ha expresado que sería una investigación tendenciosa, a pesar de que el panel estaría integrado por igual número de miembros de los dos partidos.
Estados Unidos anunció que no regresará al Tratado de Cielos Abiertos, un acuerdo multilateral de control de armas abandonando por la administración anterior el año pasado, por considerar que Rusia está en violación del pacto.