El poeta, filósofo y militante político Enrique González Rojo Arthur (1928-2021) recibió un homenaje virtual de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), dentro de los festejos por su vigésimo aniversario.
Hace casi una década se inició el proceso administrativo de la donación de la biblioteca de González Rojo Arthur a la UACM, cuya acta circunstanciada se firmó en febrero de 2020. El Fondo Bibliohemerográfico Tres Enriques, el primer acervo de su tipo que recibe la institución, no sólo incluye libros del homenajeado, sino también de su abuelo, el poeta y médico Enrique González Martínez, y de su padre, el poeta y escritor Enrique González Rojo.
El Fondo Tres Enriques se instaló en el anexo de la biblioteca del Plantel del Valle de la UACM. Cuenta con más de 12 mil libros, 2 mil 292 revistas y 516 documentos. Contar con ese legado generará diversos estudios, publicaciones y actividades. En el homenaje también se habló de la creación de la cátedra Enrique González Rojo Arthur.
La ceremonia, encabezada por Tania Rodríguez Mora, rectora de la UACM, enfatizó la veta política del homenajeado.
Luis Hernández Navarro, coordinador de la sección Opinión de La Jornada, destacó diferentes momentos de la trayectoria política de don Enrique, como el apoyo que dio al movimiento ferrocarrilero entre 1958 y 1959, desde su cargo de secretario de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México, lo cual le costó pasar una noche en la cárcel. “Fue un militante político de tiempo completo que defendió las mejores causas de principio a fin”, señaló Hernández Navarro.
El historiador Enrique Semo indicó que González Rojo Arthur fue un “polemista terrible que cruzó plumas con lo que llamó la clase intelectual. Siento, querido Enrique, que no te puedo desear que descanses en paz, porque vas a tener un futuro muy polémico, quizá más de lo que tuviste durante tu vida”.
El sociólogo Jesús Antonio Machuca recordó que el homenajeado nunca ambicionó ocupar posiciones de poder; al contrario, estableció una trayectoria de auténtica solidaridad con los sindicatos. “Nunca dejó de avanzar, progresar y madurar políticamente hacia una radicalización permanente”.
Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica (FCE), aseguró: “Nunca mueren viejos rojos, viejos roqueros, ni viejos poetas”. Hizo hincapié en la importancia de envejecer con dignidad. Mantener una profunda distancia moral respecto del mundo de “los cañonazos de Obregón, las ofertas del poder, el dinero fácil, la fama fácil y difícil, de las negociaciones que hay que hacer”. Destacó “la coherencia entre los diferentes mundos que vivía Enrique”.
Francisco González, quien militó con González Rojo Arthur, dijo que próximamente el FCE editará el libro de poesía Los colmillos del dragón (La saga de los cadmeos).
La promotora cultural Paloma Sáiz se refirió a la estrecha colaboración de don Enrique con la Brigada Para Leer en Libertad, a la que cedió sus derechos de autor de varios de sus libros para la publicación. La antropóloga Graciela González, hija del homenajeado, leyó uno de sus cuentemas, término acuñado por él.
El filósofo Armando Bartra evocó la labor poética de González Rojo Arthur. “Quizá los filósofos son los escribientes de dios, los ghost writers que le redactan al supremo sus obras completas, una memoria del mundo que ocupa muchos volúmenes. Sin embargo, para deletrear el infinito también hay vías cortas, las de la alegoría y la metáfora. Los poetas son los correctores de estilo de dios, eso lo dice Enrique”.
También filósofo, Gabriel Vargas Lozano, dijo que la vasta obra de González Rojo Arthur debe ser valuada en el futuro como parte de una tradición del marxismo crítico que se ha desarrollado en México, reflexión que aún no se hace.