El presidente Andrés Manuel López Obrador aseveró que “no es tan grave” la degradación en materia de seguridad aeronáutica impuesta a México por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés). Sin embargo, reprochó la actitud de naciones que “se sienten los gobiernos del mundo”, se erigen en jurados e imponen sus normas a países soberanos.
Dijo que las líneas nacionales “están muy ocupadas” en el mercado interno, por lo cual la resolución de la FAA “no les afecta”. Igualmente rechazó que la situación perjudique la operación del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, cuya inauguración será en marzo próximo, según el plan oficial.
El tema de la FAA, señaló, “es pasto seco para las fogatas de nuestros adversarios en los medios, para magnificar todo, esto que hablaba del amarillismo. Va muy bien la economía de México, es de las mejores economías del mundo en cuanto a recuperación después de la pandemia”.
Por otra parte, dijo que se atenderá el tema de los exámenes médicos a pilotos y a otros integrantes del sector, como operadores de tráileres, quienes requieren de ese documento para validar sus licencias.
“Debe de estar pasando, pero se va a resolver. Ya nos está escuchando Jorge Arganis (secretario de Comunicaciones y Transportes) y seguramente lo va a atender.”
También dio instrucciones al secretario de Salud para revisar la presunta fuente de corrupción en esos trámites, según le planteó un reportero, que opera un grupo privado.
En conferencia de prensa en Palacio Nacional se le preguntó sobre la citada degradación (de la categoría uno a la dos), por incumplimiento de los estándares internacionales en materia de seguridad y de vigilancia gubernamental, según el dictamen de la FAA.
El Presidente respondió: “Bueno, no es tan grave. Ellos tienen unas normas, las imponen en todo el mundo, como suele pasar en otras cosas. A veces hay países que se sienten los gobiernos del mundo, se les olvida que el mundo tiene alrededor de 200 países que son libres, independientes, soberanos, entonces se erigen en jurados, califican todo. De todas maneras, nosotros cumplimos”.
Luego puntualizó que el mercado interno tiene una alta demanda, por lo cual la degradación “no es un asunto grave” para México.
“Afortunadamente se están recuperando los vuelos, los viajes en avión y ahora con la quiebra de Interjet hay más demanda y no van a tener ningún problema, no les afecta.”
Sin embargo, reconoció que sí habría afectación cuando las aerolíneas domésticas quieran abrir más vuelos a Estados Unidos; confió en que para entonces la FAA tenga ya más elementos para devolver la calificación.
El Presidente lamentó que a sus “adversarios conservadores” les moleste todo, hasta los avances en materia económica. En ese punto destacó el récord en inversión extranjera en el primer trimestre del año y la compra de la refinería Deer Park, en Texas.
Recuperar la categoría uno debe ser “prioridad de Estado”: IATA
Dora Villanueva
La baja en la calificación de la seguridad aérea a México, por parte de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA por sus siglas en inglés), va a tener un “impacto muy importante” en el sector. No sólo por el tránsito local entre ambos países, sino por su peso a nivel regional y global. Así que recuperar la categoría uno debe ser “prioridad de Estado”, explicó Peter Cerdá, vicepresidente para Latinoamérica de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
Con una recuperación económica en México impulsada por la demanda externa, principalmente de Estados Unidos, la capacidad aérea no se podrá ampliar en al menos cinco meses, según la experiencia que se tiene de 2010. La situación no sólo atañe a las líneas aéreas, también es “muy importante en el aspecto económico y social”.
El 25 de mayo la FAA redujo de la categoría uno a la dos –las únicas existentes– el nivel de seguridad aérea de México tras una auditoría a su par mexicana, la Agencia Federal de Aeronáutica Civil (AFAC). En la revisión se resolvió que esta última no garantizaba estándares internacionales dictados por la Organización de Aviación Civil Internacional, la máxima autoridad en el sector, para operar y supervisar.
En teleconferencia de prensa, Cerdá explicó que la conectividad entre Estados Unidos y México es importante para el sector aeronáutico, más allá de la escala local o regional. Además, este era un mercado que se venía recuperando de “manera muy sana”, dado que no hubo cierre de fronteras o medidas más restrictivas por la pandemia. Algunas rutas ya se encuentran por encima de los niveles pre-Covid y se estaban realizando hasta 5 mil 800 vuelos mensuales entre ambos países.
El impacto de la rebaja de calificación es primero para la aerolíneas mexicanas que tenían proyectos de expansión a medida que perdía fuerza la pandemia –planes que no se podrán concretar en al menos cinco meses, según la misma experiencia vivida en México durante 2010–, pero también afecta a las firmas estadunidenses con las que se tienen alianzas comerciales.
Además, impacta a los servicios de carga, que son uno de los principales vehículos del comercio exterior. La IATA explicó que hay en el país operadores cargueros que habían trabajado bien durante la pandemia y tenían planes de crecimiento, lo que implica nuevas rutas y destinos. Esto no pasará hasta no recuperar la categoría uno, explicó.