En las elecciones del 6 de junio votaré por Morena en la CDMX, pero en las federales no votaré por Morena, porque en el Congreso de la Unión se ha convertido en un mero subordinado de AMLO. Así no se construye democracia. Narro la segunda parte de la reseña (inédita) de mi libro Pobreza y florecimiento humano. Una perspectiva radical (PFH) que nos legó Luis Arizmendi (LA) con una leve modificación: escribo perspectiva donde él tecleó fase o periodo de mi desarrollo intelectual e identifico cada perspectiva por su nombre: economía moral (PEM), tiempo libre (PTL) y florecimiento humano (PFH). “En la PEM de Julio Boltvinik (JB) [véase entrega anterior], la unidad de racionalidad científico-crítica y criterios de valor está dirigida a la lucha política por la afirmación y la defensa de la dimensión histórico-moral del proceso de reproducción social-nacional a contrapelo de la destructividad del capitalismo”. En la PTL, JB introdujo el concepto y la medición iconoclasta de la pobreza de tiempo libre, rebasando así, dice LA, las concepciones convencionales. En ella, la carencia no es de ingresos ni de satisfactores específicos, sino de TL. En la OCDE, México es el país con menor salario y la mayor jornada laboral. Mientras en Alemania la jornada laboral anual promedio es de mil 363 horas, 26 horas semanales en promedio, en México es de 2 mil 225, 43 horas semanales. El capitalismo mundializado del siglo XXI busca aumentar la sobreexplotación laboral. La noción de pobreza de TL permite explorar la invasión del capitalismo en la reproducción vital y la interiorización de la violencia económico-capitalista en el ámbito doméstico. En PFH, JB cita El tiempo, la dimensión olvidada en los estudios de pobreza y bienestar (2014) de Araceli Damián (AD) que, a partir de tesis de Gianni Totti pone énfasis en la supresión de las clases sociales como premisa histórica central para la unificación de tiempo de trabajo y TL que transformaría el trabajo obligatorio en trabajo creativo. La ampliación del TL es evaluada como la “gran utopía” para propulsar el “florecimiento humano”. La exploración de la pobreza de tiempo ha llevado a AD a una investigación sobre la interiorización de la pobreza capitalista en el hogar, que exige reconocer su impacto poniendo al descubierto no sólo la pobreza de tiempo femenino, sino también la pobreza de tiempo masculino, que acarrean importantes ahorros de costos salariales al capitalismo por trabajo doméstico impago de ambos sexos, a la vez que desgarran y deshumanizan a la familia por abandono de niñas y niños.
“Sin embargo, señala LA, es decisivo trazar la frontera distintiva entre el TL como ámbito de la esfera económico-social o de la dimensión histórico-moral –donde cuenta para tiempo dedicado al descanso para reproducción de la energía laboral individual y social, para la realización del trabajo doméstico y la capacitación de la fuerza de trabajo– y la potencialidad del tiempo libre como presupuesto material para un florecimiento ilimitado de la humanidad: del sujeto social más allá de su existencia como fuerza laboral. Esa es, precisamente, la frontera que con todo rigor traza JB cuando articula pero diferencia el eje del nivel de vida del eje del florecimiento humano. Esta es la PFH de JB que se expresa, brillantemente, en su libro PFH. Las necesidades humanas vistas materialmente siempre han estado en la base de su perspectiva como criterio de valor, de ahí, que el reto que asume en su nueva obra sea, justamente, el de explorar ahora la unidad entre libertad y necesidad que hace de la libertad una necesidad radical que desde el presente abriría un nuevo porvenir, frente y contra la enajenación global capitalista. A través del prisma de Marxismo y antropología, de György Márkus, JB coloca como referente central para la crítica de la relación entre enajenación y capitalismo los Manuscritos económico-filosóficos de 1844, de Karl Marx. Desde ahí construye el eje axial de su acucioso e innovador diálogo con Abraham Maslow. Es la primera vez que se entabla un rico diálogo desde el marxismo crítico con la teoría de la autorrealización de Maslow. Su planteamiento de triangulación profunda y original de las perspectivas de Marx, Márkus y Maslow constituye la plataforma de su contribución de la libertad y el florecimiento como necesidades materiales a la base de una historia utopista concreta enteramente factible por edificar. En la PFH la libertad trasciende y redefine el reino de la necesidad en tanto rompe el campo de lo forzoso u obligatorio. Sin embargo, de modo indudable, la utopía concreta constituye una necesidad histórico-material en tanto la desmercantilización de la fuerza de trabajo es requerimiento sine qua non de la liberación humana. Más ampliamente aún, el florecimiento a plenitud es un requerimiento factible de autoproducción libertaria del ser humano. Desde esta perspectiva, PFH es una obra que traza una trayectoria original de unificación transdisciplinaria entre economía y psicología en función del FH como criterio axiológico de valor utópico concreto. En este sentido, JB indaga la potencialidad de una articulación posible entre el desarrollo de la técnica planetaria en dirección a la abundancia y el desarrollo hacia la plenitud de la humanidad del ser humano sustentada en la libertad y la autorrealización”.
En El anti-Edipo , Deleuze y Guattari inauguraron la investigación de la relación compleja entre capitalismo y esquizofrenia, dando cuenta de la invasión capitalista en el deseo desquiciándolo al convertir a los sujetos en “máquinas deseantes”. En contraste, desde su polémica con la destacada utopista británica Ruth Levitas, Boltvinik recupera el proyecto de “educación del deseo”. Sin la menor duda, para impulsar el FH es decisivo aprender a desear. PFH constituye una obra que tematiza la conexión entre economía moderna y sicología por primera vez en la historia de las travesías del marxismo crítico en función de indagar su positivo poder prometeico: la potencialidad de invención de una estructura alternativa en la técnica planetaria se articula con la potencialidad de invención de una humanidad que se autocapacita para trascender todo poder presuntamente superior a sí misma (o sea, la degradación inhumana que producen la enajenación y la pobreza). Este es el leit motiv del diálogo transdisciplinario que Boltvinik despliega con la sicología positiva de Seligman, la teoría de la autodeterminación de Deci y Ryan, así como con la sicología hedónica de Kahneman. Mediante ocho acuciosos y relevantes cuadros expuestos a lo largo de esta excelente obra, JB exhibe un complejo sistema de interrelaciones entre todas estas perspectivas, a partir de la triangulación Marx/Márkus/Maslow, que visibiliza la viabilidad del horizonte futurista hacia el florecimiento utopista del sujeto humano. Si se lanza una mirada panorámica a la biografía intelectual de JB, PFH emerge, sin duda, como una obra central de la perspectiva más avanzada en la trayectoria de su intervención y profundización en el marxismo crítico. Constituye una innovadora contribución al pensamiento crítico del siglo XXI que, complementando su postura a favor de una trayectoria ecologista en el progreso de la técnica planetaria, se centra en poner al descubierto las potencialidades efectivas de una historia alternativa si el florecimiento humano a plenitud se posiciona como criterio de valor en la construcción libertaria de otro presente y otro porvenir, concluye LA.