Oporto. Recibir a miles de aficionados ingleses el sábado en Oporto para la final de la Liga de Campeones entre el Manchester City y el Chelsea será “una operación de gran complejidad”, señaló la policía portuguesa, que ultima los detalles para prevenir cualquier tipo de riesgo.
Y es que la Champions ya se deja sentir en las calles de Oporto con cientos de aficionados de ambos equipos que ya se han desplazado hasta la ciudad lusa.
“El dispositivo implicará a numerosos policías en una operación de gran complejidad, como exige una final de la Liga de Campeones”, declaró en conferencia de pren-sa el comandante de la policía para la región metropolitana de Oporto, Luis Cardoso da Silva.
Con el aval de las autoridades locales, la UEFA autorizó la presencia de 16 mil 500 espectadores en las tribunas del estadio Do Dragao, un tercio de su capacidad. Cada club tiene derecho a 6 mil entradas y mil 700 fueron puestas a la venta para el público en general.
Recordando que Portugal había abierto sus fronteras a los turistas de Reino Unido y de la Unión Europea desde hace 12 días, la policía indicó que no tiene una estimación precisa de la cantidad de hinchas extranjeros que se desplazarán a Oporto este fin de semana.
El número de efectivos tampoco fue precisado, pero el dispositivo será “robusto”, aseguró el jefe de la policía de Oporto, indicando que sus agentes estarán en tres puntos calientes: estadio, centro de la ciudad y aeropuerto.
Habrá restricciones a la circulación en tres perímetros, pero los detalles de la organización todavía no se han precisado.
Las autoridades portuguesas señalaron además que la policía local tendrá el refuerzo de varios agentes británicos habituados a vigilar a los hinchas del Chelsea y del City.
Al tiempo que el Manchester hizo su arribo a Oporto el jueves, un grupo de agentes ingleses se integró para colaborar con la policía portuguesa, ya que son los que cotidianamente están en contacto con los clubes involucrados en esta final.
La mayor vigilancia estará sobre los 200 aficionados de mayor riesgo de sendos clubes y, en especial, en 52 hooligans (34 del Chelsea y 18 del Manchester City) que tienen prohibida la entrada a recintos deportivos y que se espera que acudan.
El objetivo es que la policía inglesa pueda tener identificados a los aficionados más peligrosos y alertar a los efectivos portugueses.