Aunque en México persiste la utilización de tácticas de compra y coacción del voto por parte de diversos partidos y autoridades, los programas de apoyo social y la campaña de vacunación contra el Covid-19 prácticamente no han sido utilizados en ese sentido en el actual proceso electoral.
Así lo afirmó el colectivo Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, el cual señaló que la educación cívica de parte de la sociedad ha aumentado y por lo tanto se entiende más que las amenazas de perder beneficios sociales por no votar por algún partido, en realidad no se llevan a la práctica, lo que les permite ejercer su voto con mayor libertad.
Al presentar los resultados preliminares de un estudio sobre el tema –el cual fue realizado del 29 de abril al 17 de mayo en más de 80 “puntos centinelas” ubicados en 38 municipios, de 11 entidades federativas--, los integrantes de la organización civil y de la Red de Escucha Comunitaria detallaron que los programas sociales casi no están siendo usados con motivaciones electorales.
De acuerdo con las respuestas de un total de 523 participantes en encuestas, de los 43 puntos que ya han sido monitoreados por completo, en 37 de ellos los habitantes percibieron que hubo igualdad en el acceso a la vacuna anti-Covid.
Por lo que se refiere a si la inmunización fue utilizada para promover a algún candidato o partido, en 42 puntos se manifestó que no. De forma similar, en la totalidad de los centros estudiados se indicó que no hubo amenazas de quedarse sin vacuna si no se votaba por algún partido en especial.
En cuanto a los programas de ayuda social, en 40 puntos se indicó que no han recibido amenazas de perder su afiliación a dichos esquemas si no votan por alguna formación política, y en 31 dijeron que no les han ofrecido ningún beneficio indebido por incurrir en estos actos.
De acuerdo con los responsables de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, las personas encuestadas señalaron que “saben que las amenazas (de dejarlos sin vacuna o sin programas sociales) no son ciertas”, pues los mencionados esquemas de ayuda social únicamente cambian de siglas o de nombre y continúan otorgándose en otras administraciones.
En los casos donde sí se detectó un uso político-electoral de los programas sociales –cinco puntos de los 43 ya estudiados--, se identificó que los esquemas de mejoramiento de vivienda fueron los más utilizados para dichos fines, y los partidos señalados por ello fueron el PAN, Morena y el PRI.
También se mencionó el uso electoral de programas de siembra de granos básicos, de acceso al agua, de Becas del Bienestar, Prospera y Procampo, por parte de diversas formaciones, entre ellas el PES, el PAN, el PT, el PAN, el PRI y el PRD.
Los autores del estudio indicaron que la práctica de compra y coacción del voto no ha sido erradicada totalmente, pues se detectó en al menos 9 de 43 puntos analizados, al tiempo que señalaron que debe tomarse en cuenta la posibilidad de que muchas personas encuestadas no hayan hablado con confianza por temor a sufrir alguna represalia.
Sin embargo, coincidieron en que existe mayor consciencia en términos generales de que las amenazas de quitarles beneficios sociales no se cumplen, lo que los lleva a ejercer su voto con mayor libertad.
“La buena noticia es que la educación cívica parece estar avanzando y que la gente percibe que la vacunación no tiene un sesgo político, pero la mala es que persiste la coacción del voto y la oferta de diversas cosas (a cambio del sufragio). El lucro sigue existiendo, aunque parece que no es tan grande”, indicó Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
El colectivo indicó que aún es necesario volver a muchos de los puntos ya estudiados hacia el final del proceso electoral, para saber si hubo algún cambio en las tendencias, así como llegar a la meta de estudiar 80 puntos centinela en total.