No hay mercado emergente que se beneficie tanto del crecimiento de Estados Unidos como lo hará México en el marco de la recuperación por la crisis de Covid, reportó James McCormack, director gerente de Fitch Ratings.
La ventaja se debe a la integración de ambas economías, pues 97 por ciento de las exportaciones mexicanas entran al mercado estadunidense bajo el acuerdo de libre comercio y la inversión extranjera de EU en México es equivalente a la hecha en conjunto para Argentina, Brasil y Colombia, detalló.
Durante el encuentro Fitch en México, el analista explicó que el país ya tenía cierta debilidad antes del Covid y, luego del choque de la pandemia, la economía mexicana ha tomado impulso de su sector externo, sobre todo con una mayor participación en el mercado estadunidense.
Actualmente México es el segundo exportador más grande a Estados Unidos, sólo detrás de China, y en el mismo orden se encuentran los déficits comerciales de la economía más grande del mundo.
Otro elemento por lo que México se beneficiará de la recuperación en Estados Unidos son las remesas, las cuales prácticamente duplican los ingresos que entran al país por la venta de crudo.
El director gerente de Fitch explicó que el beneficio de un dólar débil puede traducirse en el repunte del PIB per cápita medido en dólares; pero no hay un beneficio contundente en el financiamiento y sus repagos, porque el financiamiento de México en moneda extranjera equivale a menos de una cuarta parte.
Todos estos escenarios de recuperación se supeditan a la incertidumbre que marca la pandemia de Covid-19; dependen de cómo siga el curso la enfermedad, del avance en el proceso de inmunización y de la efectividad de las vacunas a corto y mediano plazos, reconoció.
Más tarde, en el mismo foro, especialistas manifestaron que hay necesidades de infraestructura en México y mercado para financiar proyectos bien diseñados, pero la incertidumbre jurídica es una limitante, particularmente en el sector energético.
Por tanto, el mayor potencial que hay para el desarrollo de infraestructura en el país se centra en el sector carretero, consideró Yamur Muñoz, director de mercados de capital de deuda en HSBC México. Hay “mucha necesidad” de vías secundarias y rurales, sobre todo en el sureste del país, y es ahí donde puede avanzar el financiamiento para proyectos bien estructurados; situación que no se extiende al sector energético, “mientras no haya certeza jurídica”, comentó.
Además de las carreteras también hay mejores perspectivas para proyectos ferroviarios, “una línea de Metro siempre es necesaria”, completó Alberto Merino, director ejecutivo de finanzas estructuradas en Banco Sabadell. Sobre todo porque las grandes ciudades se basan en una red de ferrocarriles subterráneos que conectan la periferia con el centro.
Hay más posibilidades en proyectos carreteros y ferroviarios, pero eso no quita que la infraestructura en energía tiene varios rezagos, agregó. El principal déficit son las líneas de transmisión, tampoco hay lo suficiente en centrales de ciclos combinados, y la Comisión Federal de Electricidad, por el momento, no puede hacer esas inversiones, por lo que sería más oportuno dejarlo a empresas privadas, consideró.