El monólogo Flores negras del destino nos apartan, que se estrena el 7 de junio en el Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque, narra la vida de Guadalupe, quien durante años se dedicó a la prostitución y hoy convalece en una cama de hospital, mientras su hijo hace un viaje a través de la memoria: un dibujo a mano alzada lleno de ternura, humor y una crueldad absoluta.
Dirigida por Belén Aguilar, la compañía El Mirador escenificará el unipersonal que está basado en la novela Canción de tumba, de Julián Herbert, ganadora del premio Jaén.
La obra de Herbert le pareció fascinante a Belán Aguilar, sobre todo en la forma en que se aborda la relación del hijo con su madre, con la enfermedad y con su vocación. “En la novela encontramos elementos que coinciden con nosotros que somos artistas, nos hizo preguntarnos cuál es el objetivo de hacer esto en la vida, en un contexto social donde la violencia crece de manera desmedida, y concluimos que vale la pena hablar de esto. Así surgió este proyecto”.
Para la adaptación, “mi intención fue captar la esencia de la obra y trasladar la experiencia del lector a la del espectador. Cuando leí Canción de tumba todo me parecía cinematográfico, que había estado en los lugares que los personajes describían, y todo estaba permeado de la afición por la música; entonces todo eso lo trasladé al teatro de modo que la cinematográfia en esta puesta en escena es importante)”.