Ciudad de México. Uno de los cuatro cuerpos que integran la laguna de Xico, ubicada en los límites entre la alcaldía Tláhuac y el municipio Valle de Chalco, en el estado de México, que se nutren de lluvias y agua tratada, se secó totalmente, mientras los otros están a 50 por ciento de su capacidad, lo que no se había visto en décadas, pues cada año un problema recurrente era su desbordamiento, denunciaron habitantes de Mixquic.
Los pobladores manifestaron que se han anunciado proyectos para recuperar los embalses, incluso para consumo humano, pero ninguno se ha concretado, a pesar de que la escasez ha alcanzado a esta comunidad, que antes se autoabastecía por medio de sus propios pozos, pero desde hace dos años comenzaron a hacerlo con carros tanque.
Consideraron que la desecación pone en riesgo los humedales de la zona, que enfrenta, además, la invasión de asentamientos irregulares y los tiraderos de cascajo clandestinos. “Era un santuario de aves migratorias, sobre todo de patos canadienses, que ahora no tienen adonde llegar. Ojalá las autoridades volteen a ver este problema”.
La laguna de Xico se extiende a lo largo de mil 500 hectáreas al suroriente de la ciudad, en los límites con el estado de México, y cada año se ha reducido con la urbanización, sobre todo en esa entidad, en la zona del volcán del mismo nombre.
El biólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Jesús Villanueva Manzo, especialista en el tratamiento de microcuencas, consideró que esta situación no sólo es por la falta de lluvias, sino que es resultado de la sobrexplotación de mantos acuíferos, pues la población de alrededor, lejos de disminuir se ha incrementado.
Aunado a eso, hay plantas de tratamiento abandonadas, por lo que el líquido que llega a la laguna no alcanza para mantener el nivel adecuado. Comentó que por estudios o elaboración de programas no se ha parado, pues en alguna ocasión se invirtieron más de 400 millones de pesos en su rescate, por lo que ahora se requiere poner en marcha un plan integral con la recuperación de las cuencas hidrográficas, que ya ha planteado en otras ocasiones, pero no ha habido eco de las autoridades.
Desde 2010, la Comisión Nacional del Agua se comprometió a empezar una serie de obras de infraestructura para garantizar el abasto en Iztapalapa, entre ellas la construcción de presas y el rescate de los embalses de Xico, sin que ninguna acción se concretara.
En la actual administración, el Gobierno de la Ciudad de México incluyó un proyecto similar como parte de sus planes para tener fuentes alternas de abastecimiento de agua, pero aún no se ha presentado.