En todas las discusiones sobre la compra de la refinería Deer Park (ahora todos somos expertos petroleros) surge el argumento de que Pemex debería invertir en energías verdes. Se omite un par de datos que deberían ser el punto de partida: 1) el parque vehicular está compuesto, según el Inegi, por 50 millones de vehículos que consumen gasolina y diésel (son muy pocos los eléctricos e híbridos) y 2) existe una planta de producción automotriz que da empleo, directo e indirecto, a más de un millón de personas; tomará tiempo y una inversión cuantiosa el proceso de reconversión. (Está exportando a Estados Unidos y otros países unidades de gasolina). Cambiar el esquema, según los cálculos más optimistas, llevará medio siglo. Durante esos años le exigiremos a Pemex combustibles baratos. Para satisfacer la demanda, necesita fortalecer su producción, lo que justifica la compra de Deer Park. Pero en sus planes debe dar un lugar privilegiado al cambio hacia las energías limpias. De eso se hablará hoy en la mañanera.
Demandan a Shell
Un veredicto de una corte holandesa contra Royal Dutch Shell Plc determinará si tiene responsabilidad legal por el cambio climático, en un caso que será seguido por ejecutivos de la industria petrolera en todo el mundo. (El grupo es propietario de Deer Park). Si bien el veredicto sólo es legalmente vinculante en los Países Bajos, será examinado como una nueva área de litigio y puede guiar las deliberaciones de los jueces en otros lugares. Shell fue demandada por Milieudefensie, brazo holandés de la organización Amigos de la Tierra, cuyos abogados pasaron semanas en los tribunales argumentando que la compañía está violando los derechos humanos mediante la extracción de combustibles fósiles y socavando el objetivo del Acuerdo de París de limitar los aumentos de temperatura a menos de 1.5 grados centígrados. Estos problemas legales que enfrenta Shell en su país y otros, y no sólo cuestiones financieras, son los que motivaron su decisión de deshacerse progresivamente de siete refinerías, una de ellas es Deer Park, que ha adquirido su socio Pemex. El valor comercial del complejo, sin considerar el estratégico, que es incalculable, supera el precio que pagará Pemex: 20 mil millones de pesos. Deer Park podría marcar una diferencia. “Tiene la escala y complejidad que puede ayudar a Pemex a mejorar su desempeño”, lo que lo convierte en un buen activo, dijo Felipe Pérez, director de investigación de refinación y comercialización de IHS Markit Americas.
El otro virus
Como en todas las campañas políticas, en la actual ha estado presente el tema de la desigualdad económica, que se ha agudizado por la pandemia. Ya hay varias vacunas venturosamente contra la enfermedad, pero no se ha dado a conocer alguna contra el virus de la desigualdad. Aquí hay un par de ideas. De acuerdo con el informe La vacuna contra la desigualdad, presentado por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), Fundar y Oxfam México, la actual crisis hace urgentes las reformas fiscales que garanticen que la población con mayores ingresos pague más impuestos, en beneficio de la población con menores recursos. El análisis revela que México tiene una recaudación por concepto de impuestos a la propiedad equivalente a sólo 0.33% de su PIB, y que el 10% más rico del país acumula 28% del valor de las propiedades inmuebles (casas, departamentos, edificios y locales). Si todas las autoridades locales cobraran el predial con tarifas progresivas, valores catastrales que coincidan con los del mercado y sin beneficios para las propiedades de mayor valor, podrían recaudarse hasta 378 mil millones de pesos cada año (1.5% del PIB); esto sería siete veces más de lo que se recauda actualmente ($57 mil millones de pesos). Otra alternativa es implementar un impuesto a la riqueza neta, que considere el patrimonio total de las personas, lo que incluye cuentas bancarias, bonos, acciones, fondos de inversión, pólizas de seguro de vida, embarcaciones, aeronaves, joyas, obras de arte y antigüedades, así como derechos de propiedad intelectual o industrial. (Podrían añadirse inversiones en Andorra). Si se gravara por esta vía a la población con riqueza superior a 10 mil 746 millones de pesos, se pueden recaudar hasta 99 mil millones, equivalentes a 0.4% del PIB. ¿Y no sería mejor una combinación de ambos impuestos?
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