Roma. Una noche a principios de 2019, la artista callejera Alessia Babrow pegó en un puente cerca del Vaticano una imagen estilizada de Cristo que había hecho. Un año más tarde, descubrió con desconcierto que el Vaticano parecía haber utilizado una reproducción de su obra como su sello de Pascua de 2020. La imagen muestra sobre el pecho de Cristo un corazón con mensaje, característico de la obra de la artista.
Babrow demandó el mes pasado a la oficina de telecomunicaciones del Estado Vaticano en una corte de Roma por lucrar de forma ilegítima con su obra e incumplir la intención original de la misma. La artista reclama casi 130 mil euros de indemnización e indica que el Vaticano nunca dio una respuesta a sus intentos de llegar a un acuerdo cuando descubrió que además de emplear su creación sin su consentimiento la habían vendido.
“No podía creerlo. Sinceramente creí que era una broma”, dijo Babrow en una entrevista a unos metros de la Plaza de San Pedro. “La auténtica conmoción fue que hay cosas que no esperas de ciertas organizaciones”.
El Vaticano acoge algunas de las mayores obras maestras del mundo y defiende con firmeza su derecho a reproducir la imagen de la Capilla Sixtina o la Piedad de Miguel Ángel. Pero ahora las cosas han cambiado y el Vaticano está acusado de violar los derechos de propiedad intelectual de una artista callejera.
El valor del arte callejero
Abogados de derechos de autor familiarizados con el caso dijeron que es un proceso importante para Italia y demuestra la creciente apreciación del arte callejero al estilo de Banksy y la creencia de que incluso el “arte de guerrilla” anónimo merece protección contra la comercialización corporativa no autorizada. O, en este caso, la comercialización eclesiástica.
Massimo Sterpy, cuya firma en Roma ha representado a la agencia Pest Control de Banksy, señaló que la ley de propiedad intelectual en buena parte de Europa y Estados Unidos protege los derechos del artista incluso si el arte se creó de forma ilegal sobre propiedades públicas o privadas.
“La ley considera irrelevante si la obra está hecha en papel, lienzo o un muro o un puente”, explicó Sterpi. La gente que después comercializa la obra sin hacer esfuerzos de buena fe por encontrar al artista y negociar el uso de la imagen “lo hace corriendo el riesgo”.
El responsable de la oficina de sellos del Vaticano, Massimo Olivieri, declinó hacer comentarios sobre la demanda. La oficina de prensa del Vaticano también decli-nó pronunciarse.
La obra en cuestión es una imagen impresa de 35 centímetros que muestra a Cristo como en una famosa obra del pintor alemán del siglo XIX Heinrich Hoffman. Sobre el torso de Cristo se ve el sello personal de Babrow: Una imagen de un corazón humano con las palabras “Just Use It” (Sólo úsalo) escrito por encima como en un grafiti.
La obra forma parte del proyecto Just Use It de Babrow, iniciado en 2013 y que ha incluido imágenes con corazones similares sobre representaciones de Buda, el dios hindú Ganesha y la Virgen María, colocadas en muros, escaleras y puentes de toda Roma, así como una versión gigante sobre el andamio de un palazzo.
El concepto, explicó, es “fomentar la inteligencia y el cerebro del corazón” de una forma holística y sin prejuicios. El abogado Mauro Lanfranconi alegó en la demanda que al apropiarse de la imagen para promocionar a la Iglesia católica, el Vaticano “distorsionó de manera irrevocable” la intención artística y el mensaje de Babrow sobre que no hay verdades universales.
La artista dijo que creó la imagen de Cristo el 19 de febrero de 2019 y la pegó poco después sobre un muro de mármol junto al puente principal que lleva al Vaticano; colocó una docena de piezas esa noche por el centro de Roma. La obra lleva sus iniciales dentro del corazón.
Luego descubrió que el Vaticano lo había utilizado como sello cuando un conocido fotógrafo romano de arte urbano lo vio y lo reconoció de inmediato como una obra de Babrow.
Olivieri, responsable de numismática del Vaticano, ha dicho a un periodista italiano que tomó una foto del Cristo cuando lo vio desde su ciclomotor un día y decidió utilizarlo para el sello en un aparente intento de apelar a una nueva generación de aficionados a la filatelia.
En comentarios reportados por el periodista en el blog sobre arte Artslife.com, Olivieri señaló que temía que los jerarcas del Vaticano se opusieran a emplear un sello de estilo urbano para Pascua. Por lo regular, el Vaticano recurre a obras de grandes maestros del Museo del Vaticano.
“En lugar de eso, la aceptación fue inmediata y convencida”, se cita a Olivieri.
El Vaticano imprimió una primera remesa de 80 mil sellos con la imagen de 1.15 euros cada uno, según la demanda. Los sellos y un pliego conmemorativo seguían a la venta en la oficina postal del Vaticano la semana pasada, colocados en un lugar destacado en el mostrador como objeto promocional a la venta.
Los abogados de Babrow enviaron una carta certificada y un correo electrónico a la oficina filatélica y numismática identificando a Babrow como la artista, pero no recibieron respuesta por escrito a su petición de negociar los términos de uso de la imagen, lo que la llevó a presentar una demanda.
“Creía que actuaban de buena fe, que era cierto que me estaban buscando, como se había escrito en los periódicos. Pero no era así, porque nunca quisieron reunirse conmigo”, expresó decepcionada.
Babrow insistió en que la demanda no era un ataque sobre la Iglesia católica o el Vaticano, sino un intento de proteger sus derechos y asegurarse de que su obra no se utilizaba para financiar cosas fuera de su control.
Abogados expertos en derechos de autor dijeron que el hecho de que el Vaticano sea un Estado soberano probablemente no le proteja de la jurisdicción de una corte italiana, dado que la actividad comercial se produjo en Italia.
El caso es sorprendente en cierto modo, dado que el Vaticano tiene mucha experiencia en cuestiones de propiedad intelectual y ha sido muy proactivo a la hora de defender sus derechos sobre contenidos tan variados como las palabras del Papa o sus amplias colecciones artísticas.
La editorial vaticana reclamó hace años derechos de autor a periodistas que escribieron libros que recogían las homilías del papa Benedicto XVI. Los Museos del Vaticano piden desde hace años a los medios que cubren hechos noticiosos en el museo que cedan los derechos sobre sus imágenes, para que nadie intente reproducir un Rafael sin autorización del Papa.
Enrico Bonadio, profesor de propiedad intelectual en la City Law School de Londres, dijo que los artistas callejeros pueden recurrir a esas mismas protecciones para sus obras. “El derecho no discrimina”, sostuvo en entrevista telefónica.
“Las leyes de derechos de autor no condicionan la protección de una obra al hecho de si está en una galería o un museo.”