Las enfermedades de la tiroides son motivo frecuente de consulta médica, sobre todo en mujeres, pero no siempre se identifican porque algunos síntomas pueden confundirse con cansancio y depresión. En otros casos, la alteración es leve y no presenta síntomas, afirmaron especialistas.
En conferencia con motivo del Día Mundial de la Tiroides (25 de mayo), Daniel Elías López, médico adscrito a la Unidad de Investigación de Enfermedades Metabólicas del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), explicó que la alteración más común de la tiroides es el hipotiroidismo, el cual es de cinco a ocho veces más frecuente en mujeres que en hombres.
En México no hay estadísticas sobre la incidencia del padecimiento, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, a escala global, 750 millones de personas tienen el padecimiento, de las cuales 60 por ciento lo desconoce.
Para dar una idea de la elevada prevalencia, recordó que unos 450 millones de individuos viven con diabetes y durante la pandemia, hasta ayer por la tarde, la Universidad Johns Hopkins registró 167 millones 45 mil casos de la infección.
Elías López explicó que la tiroides es una glándula en forma de mariposa que se localiza en la base de la parte frontal del cuello. Su función es producir, almacenar y secretar hormonas Tiroxina (T4 y T3) al torrente sanguíneo.
Estas hormonas ayudan al cuerpo a utilizar la energía, mantener el control de la temperatura corporal y hacen que los órganos funcionen de manera normal, en particular el corazón, el cerebro y los músculos.
La alteración más frecuente de la tiroides es respecto a su funcionamiento, al dejar de producir hormonas y, cuando hay síntomas, se presenta fatiga, aumento de peso, intolerancia al frío, piel seca y gruesa, pelo áspero y uñas frágiles, también se puede tener estreñimiento y ciclos menstruales irregulares.
El diagnóstico se obtiene con un análisis de sangre conocido como “perfil tiroideo” y la solución está en el medicamento levotiroxina, sustancia activa de la cual existen diferentes marcas comerciales, ya que es un producto genérico.
Roopa Mehta, endocrinóloga del INCMNSZ, comentó que sólo este fármaco, prescrito en la dosis específica para cada persona, repone la carencia de las hormonas tiroideas; se debe tomar de por vida y evita en el largo plazo complicaciones de tipo cardiovascular y metabólico, como frecuencia cardiaca baja, hipertensión, incremento en niveles de colesterol y glucosa.