“No me descarto, voy como cohete hacia arriba”, sostuvo la nadadora Liliana Ibáñez, quien confía en lograr las marcas olímpicas en 50 y 100 metros estilo libre para la cita de Tokio, las cuales buscará en Bahamas a finales de junio, justo en el cierre de clasificación de la federación internacional de la disciplina.
La guanajuatense informó que entrena con Ricardo Marmolejo, ya que no le pudo pagar a su anterior entrenador Brett Hawke debido a la restructuración de apoyos por parte de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, luego de los resultados que tuvo en Florida hace una semana, su primera competencia después de dos años de ausencia por lesiones, cirugías y la pandemia del coronavirus.
“Él me conoce desde chiquita, me siento mejor y le agradezco que crea en mí, vamos juntos hasta el final” con una planificación que incluye el ciclo a París 2024.
Liliana, la nadadora más rápida de México y máxima ganadora de medallas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Barranquilla 2018, tiene el apoyo institucional, estatal y de varios patrocinadores. “Voy a intentar calificar a Tokio”, dijo.
“En Florida nadé bien –ganó bronce en 100 libres, prueba que no competía desde hace tres años–, este regreso me salió muy bonito, casi se me salió una lagrimita y ver que se puede y decir aquí estoy.
“Tengo mucho corazón, confío en mí. El banco de salida ha sido clave en mi regreso, es fundamental y lo vimos en Florida”, para dar en Bahamas las marcas de 25.51 en 50 y 56.01 en 100 libre.
La nadadora afirmó, en conferencia virtual, que no se desespera porque no es la única que no ha logrado dar las marcas olímpicas y más en una situación por el Covid-19 que modificó el calendario de competencias en todo el mundo.
“No ha sido un camino fácil. Apenas se están dando las marcas en los torneos clasificatorios de la FINA y lo único que hay que hacer es adaptarse. Por eso decidimos ir a Bahamas (del 24 al 27 de junio)”, dijo Liliana, quien ya tiene la vacuna del Covid y ayer dio negativo a la prueba para una competencia de control que tendrá en Los Ángeles, el fin de semana.
La celayense también nada por otras causas. Con la Fundación Chispitas de Felicidad donó parte de su cabello para las pelucas oncológicas a las personas con cáncer. “Yo estoy luchando con bajar mis marcas y ellos luchan por su vida”.