Un viaje por el tiempo y el espacio, lleva a la anciana diosa Coatlicue, la de la falda de serpientes, a deambular en búsqueda de sus hijos, mientras narra el origen del universo, las historias del ser humano y de México.
La madre de todas las deidades, es representada en escena por Daniel Loyola en el espectáculo unipersonal Coatlicue 2.0: La diosa que vino del aire, dirigido por Leonardo Villa, se presentará del 27 al 30 de mayo en el Teatro Benito Juárez.
A lo largo de 60 minutos, aparece la deidad prehispánica quien vagabundea por distintos episodios que componen la identidad mexicana. Ella “se lamenta por las heridas de la Conquista y revoluciones, le canta a la construcción humana de Tonanzin-Guadalupe y, sirviéndose del relato popular, explica con humor cáustico el porqué del carácter pícaro y malicioso del mexicano”.
A Coatlicue, explicó Daniel Loyola, “la abordamos en un sentido vivo; sentimos, asumimos y creemos que está viva. Es decir, la representamos como si se hubiera enterrado la escultura, pero la divinidad ha seguido caminando debajo de la tierra, por las cloacas, entre los tubos, cables y concreto para alimentar a sus hijos, que somos todos, desde hace más de 500 años, después de la Conquista”. Mediante danzas tradicionales, ejecución de instrumentos musicales tradicionales y cantos mexicanos, “imaginamos a la anciana deidad en búsqueda de su progenie, a partir de la historia mítica de la creación del universo, pero con una lectura contemporánea, no estrictamente antropológica, sino artística, metafórica y poética”.
Además, se aborda “la fiesta como un elemento de la identidad nacional pero, a la vez, retoma temas sobre la destrucción, la guerra y la muerte que están muy cerca de nosotros de muchas formas. Así, doña Coatlicue lo expone, pero con su locura de anciana”.
En realidad, dijo Loyola, “la propuesta escénica resulta ser un fractal, con música en vivo, pero también electrónica, la cual fue compuesta por Alexandra Cárdenas, quien sintetizó sonidos naturales y grabaciones de campo para ambientar los universos que aparecen en escena”.
Con Coatlicue, afirmó, “vamos a rencontrarnos en el escenario para abrazarnos y que cada quien decida si se va del lado de la destrucción o de la construcción; ella nos recuerda que tenemos ambos poderes y podemos decidir”.
En escena, el protagonista canta, baila, actúa, danza, narra, versa y arrulla “para encarnar a Coatlicue, quien sólo con su vestuario y máscara logra transformarse en diferentes mujeres ahí representadas”.
La actuación de Daniel Loyola, autor de la dramaturgia, integra tres pilares técnicos: antropología teatral, máscara y clown soviético. El protagonista porta un collar de corazón, diseñado por Laura Martínez (creadora del vestuario) y una máscara de la inventiva del mismo Loyola.
La obra se estrenó en 2010, se ha representado en diversos países, desde Estados Unidos hasta varios de Sudamérica, y ahora retoma la temporada que se suspendió el año pasado debido a la pandemia.
Coatlicue 2.0: La diosa que vino del aire, de Trazmallo Ixinti, grupo de creación transdisciplinaria, que aborda historias mitológicas prehispánicas, se presentará en el Teatro Benito Juárez, ubicado en Manuel Villalongín 15, colonia Cuauhtémoc, del 27 al 30 de mayo, con funciones viernes y sábado a las 19 horas, y domingo a las 18 horas.
Para el acceso se requiere atender las disposiciones sanitarias de aforo máximo, uso de cubrebocas, de gel antibacterial y registro de asistencia mediante el código QR.