Gaza. La Organización de Naciones Unidas (ONU) llamó ayer a una reconstrucción duradera de la franja de Gaza y a “solucionar las causas profundas del conflicto palestino-israelí para devolver la esperanza y evitar nuevas destrucciones”, tras los enfrentamientos que duraron 11 días.
“No debemos limitarnos a adoptar un enfoque de reconstrucción, sino a uno más amplio centrado en el desarrollo humano”, declaró Philippe Lazzarini, jefe de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente (UNRWA).
“Eso quiere decir que debe ir acompañado de un proceso político real”, agregó Lazzarini, al subrayar la necesidad de evitar una “normalidad artificial” en Gaza, donde sus 2 millones de habitantes dependerían de la ayuda, sin futuro, “hasta el próximo estallido de violencia”.
El responsable abogó así por abordar las “causas profundas” del conflicto palestino-israelí, lo que significaría, por ejemplo, el levantamiento del bloqueo que mantiene Israel desde 2007, cuando Hamas asumió el poder tras ganar las elecciones; eso, agregó, “daría sentido al futuro”.
Un alto el fuego entre Israel y el movimiento islamita Hamas entró en vigor el viernes, tras una mediación de Egipto, aunque sin fijar las condiciones para la suspensión de los combates ni establecer un plan para la reconstrucción.
A corto plazo, el reto de reconstruir es humanitario, pero también diplomático, ya que el ejército israelí acusa a Hamas de desviar la ayuda internacional para actividades militares y utilizar el metal de las tuberías para fabricar cohetes.
Durante una rueda de prensa en Amann, los cancilleres palestino, Riyad Maliki, y jordano, Aymán Safadi, llamaron a la comunidad internacional a impedir que Israel proceda a la expulsión de familias palestinas de Sheij Jarrah, en Jerusalén Este, conflicto que derivó en los recientes enfrentamientos.
El presidente estadunidense, Joe Biden, cuyo jefe de la diplomacia, Antony Blinken, debe viajar “en los próximos días” a Jerusalén, ya declaró su intención de proporcionar una ayuda financiera importante para reconstruir Gaza, pero sin dar a Hamas –grupo al cual considera “terrorista”–, la oportunidad de reconstruir su sistema de armamento.
“Si no encontramos la manera de ayudar a los palestinos a vivir con más dignidad y más esperanza, este ciclo probablemente se repetirá”, sostuvo ayer Blinken, quien respaldó la solución de dos estados.
La UNRWA, organización a la cual la administración de Donald Trump suspendió sus aportaciones, festejó el regreso de la ayuda de Estados Unidos con Biden y llamó a donar 38 millones de dólares de emergencia a la franja de Gaza.
En ese contexto, el canciller francés, Jean-Yves Le Drian, advirtió ayer contra “un riesgo de apartheid” en Israel si no se logra una solución que incluya a los palestinos.
El último episodio de violencia costó la vida a 248 personas en el enclave palestino, incluidos 66 niños. En Israel, 12 personas murieron, entre ellas un niño, una adolescente y un soldado.
Ayer, por tercer día consecutivo, el cese del fuego entre Israel y Hamas se mantuvo y la policía israelí escoltó a más de 250 visitantes judíos al complejo de Al-Aqsa, disputado lugar de culto en Jerusalén, donde enfrentamientos entre fuerzas israelíes y palestinos detonaron la violencia reciente en Gaza.
La policía desalojó a jóvenes del complejo de la mezquita de Al-Aqsa y prohibió la entrada a los musulmanes menores de 45 años, según la organización islámica Waqf. Seis palestinos fueron detenidos, cuatro de ellos liberados más tarde, añadió la institución.
La policía israelí negó que hubiera restricciones por edad y dijo haber arrestado a cinco personas por “alterar el orden público”.