La llegada de nuevas empresas al mercado accionario mexicano, una de las vías por las que obtienen financiamiento, se ha paralizado en tres años y medio, el periodo más largo de ausencia de ofertas públicas iniciales (OPI, como se conoce a la colocación de capital) en la historia moderna de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Es un hecho que, a decir de especialistas y directivos, inhibe que la entidad bursátil tenga una participación activa en el motor de la economía de México.
“El mercado bursátil mexicano tiene un rezago importante en muchos aspectos. Uno de los más relevantes es el número de empresas listadas en el mercado de capitales, el cual no ha crecido. Nunca habíamos visto, en la historia moderna, no en los 127 años de la BMV, tal sequía de colocaciones”, reconoció José Oriol Bosch, director general de la BMV, ante un público de inversionistas de capital privado.
En 2009 hubo una pausa, a causa de la crisis financiera internacional, de empresas para salir a bolsa y buscar capital. Desde noviembre de 2017 a la fecha ha habido una sola oferta inicial en el mercado mexicano (en julio de 2020) y no fue en la BMV, sino en la Bolsa Institucional de Valores (Biva).
Las empresas pueden allegarse de recursos a través de una colocación privada, es decir, buscar amigos o conocidos que quieran entrar y aportar dinero. Otras deciden hacer una oferta pública, de tal manera que todas las personas que estén interesadas en invertir en esa empresa, puedan hacerlo a través de una casa de bolsa o mediante un fondo de inversión.
Y es que aun cuando el mercado bursátil ha mostrado habilidades para ofrecer rentabilidad y financiamiento, empresas mexicanas no lo han considerado como un medio para obtener recursos frescos, mediante una oferta accionaria, para su crecimiento productivo en los pasados 43 meses.
De cara a la realidad de un mercado de valores rezagado frente a otras economías, incluso de menor tamaño que la mexicana, el gobierno mexicano echó a andar un programa de impulso financiero en enero de 2019, con un nuevo esquema fiscal para ofertas públicas iniciales, para la parte de deuda, “fue un buen anuncio y un buen mensaje, pero esos incentivos no se han utilizado”, precisó Bosch.
Asimismo, la BMV ha esperado poco menos de cuatro años para marcar un nuevo máximo histórico en su principal índice accionario. El 25 de julio del 2017, el Índice de Precios y Cotizaciones (S&P/BMV IPC) alcanzó el récord de 51 mil 713.38 puntos. Está semana cerró en 49 mil 778.81 unidades; es decir, una caída de 3.74 por ciento desde ese punto.
La pandemia por el Covid-19 es una crisis que aún afecta a todo el mundo. Los inversionistas están capoteando y están midiendo el apetito de riesgo. La BMV espera que una vez que pasen las elecciones intermedias el próximo 6 de junio, los planes de algunas empresas para financiarse en el mercado accionario mexicano sigan su curso, pues las valuaciones se están recuperando.