Se terminó la incertidumbre: Santos se convirtió en el segundo finalista y enfrentará a Cruz Azul en el duelo por el título de la Liga Mx. Aunque los Guerreros cayeron 1-0 ante Puebla en el partido de vuelta de la semifinal, vencieron 3-1 en el marcador global y sin desgastarse sellaron el pase.
Santiago Ormeño no falló como goleador y le dio esperanza al Puebla al marcar al minuto 54, pero la presión se impuso sobre el equipo de La Franja y no lograron la histórica remontada que soñaba el novato estratega Nico-lás Larcamón.
Pese a ser eliminado, el Puebla cierra una destacada temporada luego de haber terminado en el tercer puesto de la tabla general y quedarse en la semifinal, una instancia que no alcanzaban desde hace 12 años.
Aunque la desventaja tras el juego de ida era amplia, en Puebla se vivía una fiesta desde antes de iniciar el encuentro. Cientos de aficionados se congregaron en las inmediaciones del estadio Cuauhtémoc para recibir al equipo de La Franja con platillo y bombo al tiempo que lanzaron humo azul y ondeaban banderas del plantel.
No era para menos, los poblanos buscaban romper casi tres décadas sin llegar a una final de la Liga Mx. Para evitar incidentes, personal de la Secretaría de Seguridad estatal vigiló el recorrido de ambos planteles hasta llegar al recinto.
Para el duelo, el Puebla recuperó al mediocampista Christian Tabó, uno de sus elementos clave para el ataque. Sin embargo, le fue complicado generar peligro en la cancha.
Para avanzar, Puebla debía salir con garra, pero no lograba conectarse en la cancha, mientras los Guerreros retenían el balón sin mucho esfuerzo e incluso se acercaban a la meta del rival.
Antes de las jugadas de peligro apareció un rugido controversial, cuando el arquero de Santos, Carlos Acevedo, despejó el balón al minuto cinco y la afición poblana lanzó el grito “eeehhh puto”. El sonido local del estadio advirtió a los seguido-res de las sanciones que podrían llegar y el alarido sólo reapareció al final.
Alan Cervantes se acercó al arco de los locales con un disparo que pasó a un lado del poste. Sin poder crear muchas acciones de ataque, el nerviosismo dominaba al Puebla y Javier Salas lanzó un pelotazo que se perdió por un costado.
La oportunidad más clara para el Puebla llegó cuando Santiago Ormeño logró rescatar el balón junto al poste y con un intento de chilena mandó un tiro, pero Fernando Gorriarán alcanzó a desviar el esférico.
Los Guerreros aprovecharon los errores del rival y Gorriarán mandó un disparo que fue atajado por el arquero Antony Silva. Poco después, Eduar Preciado envió un centro y Diego Valdés remató dentro del área, pero el esférico pegó en el poste.
Ante las complicaciones que enfrentaban los poblanos, la presión dominaba al técnico Nicolás Larcamón, quien veían absorto hacia el terreno y hasta se mordía las uñas ante la impotencia de cambiar el ritmo en la cancha.
Cerca del descanso, Daniel Aguilar se arriesgó con un disparo de larga distancia que fue detenido por Acevedo. La desesperación golpeaba a los poblanos e incluso Daniel Álvarez desaprovechó un tiro libre al definir tan rápido y sin dirección que el balón se estrelló en la barrera.
Así, sin desgastarse y jugando con la tensión del propio rival, Santos se fue tranquilo al descanso con la ventaja aún en sus manos. Los poblanos salieron decaídos.
Las emociones se desataron en los primeros minutos del complemento, cuando Puebla logró llegar a las redes. Christian Tabó se filtró por el costado derecho y ante la distracción de la zaga visitante mandó un pase a Santiago Ormeño, quien empujó el balón a la meta.
El tanto encendió la euforia en las gradas; también en la banca, donde el técnico Larcamón celebró con ímpetu. Aún era amplia la desventaja, debían marcar otros dos tantos para conseguir el anhelado pase, pero se despertaba la esperanza.
Con el envión anímico por el tanto, Puebla comenzó a buscar opciones de ataque y Salvador Reyes se aventuró con un disparo cruzado que pasó por arriba del travesaño.
Pese los intentos ofensivos de los locales, los Guerreros fueron más hábiles para detener los embates hasta lograr que el duelo se cerrara en la media cancha para detonar la exasperación de los poblanos.
Ante el cansancio de su equipo, Larcamón modificó el esquema de juego y tuvo que cambiar a Christian Tabó por Amaury Escoto. Santos acariciaba el boleto al final y el técnico Jorge Almada envió a la cancha a Andrés Ibargüen y Ronaldo Prieto.
El grito de “olé, olé” recorría las gradas para alentar al Puebla, pero La Franja fue presa de sus temores. Aunque Larcamón no dejaba de pedir a su equipo que se levantara, en la cancha los poblanos jamás se despabilaron. La desconcentración jugó en contra de los locales y los Guerreros sólo dejaron correr los minutos para celebrar el pase.
La polémica llegó al final, cuando un desesperado Escoto salió expulsado tras propinarle un codazo a Ibargüen. La tensión llegó al área técnica y ambos entrenadores se dijeron de palabras, pero el resultado ya estaba decidida.
Ahora, el estratega Guillermo Almada vivirá su primera final con Santos en la Liga Mx. Los Guerreros emular el éxito del torneo Clausura 2008 cuando le arrebataron el cetro a La Máquina, que disputará su séptima final desde que ganó su anterior título, en 1997.