San Salvador., La estudiante salvadoreña Beatriz Serrano conquistó el Festival de Cine Salud para Todos 2021, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mediante un cortometraje en el que usó fósforos como actores.
Con ayuda de un teléfono móvil y utilizando material reciclado, Serrano plasmó la situación del personal sanitario que atiende a los enfermos de Covid-19 en El Salvador, así como su entrega.
“Mi hermana es estudiante de medicina, así que ella y mi mamá, promotora de salud, han sido la principal inspiración de la historia, puesto que viví el sacrificio y el trabajo del personal médico en primera instancia, porque ellas estaban frente a ello”, contó en entrevista la estudiante de periodismo.
El cortometraje, titulado Phosphôros, expone el trabajo de una enfermera que atiende a pacientes con Covid-19, que muere más tarde tras contraer la enfermedad.
Durante la cuarentena
De acuerdo con la estudiante, la cinta se produjo en plena cuarentena y en medio de las montañas de Chalatenango, al norte de El Salvador, donde habita la joven de 23 años, en compañía de su madre y su hermana.
Serrano no contaba con recursos económicos ni herramientas profesionales para filmar el cortometraje, por lo que sólo hizo uso de elementos que tenía en casa, como una esponja que utilizó de trípode y pedazos de tela, mientras el escenario fue una pequeña habitación y su jardín.
Rememoró que fueron días intensos en los que pasó muchas noches sin dormir y con recursos limitados, pero con el único ideal de reconocer el sacrificio del personal de salud salvadoreño durante la pandemia.
“Al hacer la producción mi propósito era que quien viera este cortometraje lo entendiera, que se sensibilizara, que hiciera conciencia de que se trataba de una situación que vivíamos y debíamos ser un poco más empáticos con el personal médico y de una u otra forma apoyarlo en su labor”, comentó.
Según la joven, ella decidió dar vida a ciertos objetos que tenía a la mano, como los fósforos; sin embargo, fue una tarea difícil, pues trabajar a pequeña escala es complicado.
Por su parte, la madre de la galardonada, Albertina Serrano, dijo sentirse orgullosa del trabajo de su hija pues, aunque al principio no pensaba participar en el certamen, ya había expresado en distintas ocasiones su agradecimiento al personal sanitario.
“Orgullosa, feliz, mi familia y yo estamos contentos, porque ella pudo entrar al corazón de nosotros, los trabajadores de la salud, porque hemos vivido momentos difíciles; usted sabe, nadie estaba preparado para enfrentar esta pandemia, había momentos desesperados y el personal sanitario es el que se ha estado en primera línea”, agregó la señora Serrano.
En esta edición, la competencia mundial reunió mil 175 cortometrajes provenientes de 110 países. El corto animado de Susana ganó en la categoría de asistencia sanitaria universal.
Ahora, la joven salvadoreña espera que este reconocimiento internacional le abra las puertas para seguir creando, hacer realidad su sueño de estudiar animación en la Escuela de Cine Vancouver, de Canadá, y así continuar poniendo en alto el nombre de su país.