“¿Has visto cuando en las películas gritan debajo del agua? Así me sentía yo”, asegura Billie Marten mientras una columna de humo sale de su boca. Describe la angustia y la depresión que sintió de niña y adolescente, las cuales no estaba segura de retratar en sus canciones.
“Trataba de expresar una profunda depresión, ansiedad, aislamiento total. Era muy intensa. Estoy mucho mejor ahora. Busco erradicar eso del ‘alma torturada’. Se tiene que ir a la basura”, señala a The Independent.
Su nuevo disco, Flora fauna, está potenciado por su separación de Sony. Sus ligeros tonos característicos siguen ahí, pero el álbum está cargado de energía y grunge. “Tomé el bajo, que hizo diferentes todos mis ritmos, quería que fuera carnoso y jugoso, y que tuviera algo de qué agarrarse”.
Marten nació en Risplith, un pequeño pueblo en Yorkshire del Norte, Reino Unido, de un padre redactor y una madre maestra. “Sigo mostrando una imagen muy pintoresca de mí misma y lo hago a propósito porque es divertido, pero es que literalmente nací en una casa, en medio de una colina”, cuenta.
En 2019, después de dos discos con Sony, Marten fue abandonada. “Ese fue el primer día de mi vida. Me dejaron. Fui a ver a Big Thief en Shepherd’s Bush. Todos me preguntaban si estaba bien, y yo les contestaba: ‘Estoy muy bien. Este fue mi golpe de suerte’”.
Su segundo disco la hizo dudar sobre su carrera. Resentía haber sido lanzada al mundo de la coescritura tan pronto. Hizo sesiones con Eg White y Justin Parker, conocidos por su trabajo con las estrellas Adele y Lana Del Rey. “Ese no es mi mundo musical, nunca lo ha sido. Se asume que ese es el camino que vas a tomar”, explica.
“A mitad del segundo álbum, Chess Club (filial de Sony) se fue y yo simplemente me quedé con todos en esta enorme oficina y nadie había escuchado mi música. Pensaba ‘no los veo, no me ven’. Esas cosas no deberían pasar. Es sabotaje y sólo hace quedar mal al artista”.
Durante el confinamiento, Marten firmó con Fiction, que fue la casa de The Cure por más de dos décadas, una experiencia que describe como “un gran alivio”. A Billie, sin embargo, le siguen molestando muchos aspectos de la industria, en especial la gran cantidad de regalías que las disqueras ganan del Streaming, dejando a los artistas a su suerte. “Mucha gente que conozco y tiene un disco en el top 10 ahora está en el buró de crédito”, destaca.
Flora fauna está desde el 21 de mayo en plataformas. “Soy lastimosamente joven. Mi edad mental es de unos 50 años. Me gusta el silencio, el ritmo de vida lento y hablar sobre cosas viejas”, expresa.