Al menos 24 partos diarios en México son de niñas y adolescentes de 10 a 14 años, ya que en 2020 se presentaron 8 mil 876 de estos casos, mientras se estima que al menos 31.7 por ciento de los embarazos en menores de 18 años no fueron planeados y 15.1 por ciento no fue deseado.
Un análisis reciente, realizado por el Consejo Nacional de Población (Conapo), alerta de que sólo 6.7 por ciento de las que fueron madres en la adolescencia concluyen sus estudios universitarios, en tanto que las madres adolescentes mantienen ingresos salariales 47 por ciento menores, en comparación con quienes no tuvieron hijos antes de cumplir los 18 años de edad.
A ello se suma que 67.4 por ciento de quienes fueron madres en la adolescencia nunca han cotizado a la seguridad social.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de los Factores Determinantes del Embarazo Adolescente (EnfaDEA), 48 por ciento de las púberes de 10 a 14 años tuvieron su primer embarazo con su novio, 25.4 por ciento con su esposo o pareja, y 26.6 por ciento se vincula a la relación con un amigo, familiar, desconocido o ex novio.
El Conapo destaca que los embarazos en menores de 10 a 14 años está fuertemente asociado a la violencia sexual, ya que, en su mayoría, “son producto de la violencia ejercida por integrantes de la familia o del entorno cercano bajo distintas formas de cohersión, que abarca desde la imposición hasta las amenazas, abuso de poder y otras de formas de presión”.
Destaca que una joven de 15 años o menos, cuando se embaraza, tiene cuatro veces mayor riesgo de mortalidad materna en comparación con el grupo etario de 20 a 24 años.
Además, se tienen efectos a lo largo de la vida, pues se estima que de las menores que no asisten a la escuela, 16.3 por ciento dejó sus estudios porque se unió, casó o se embarazó, por lo que se ubica como la cuarta causa de abandono escolar.
La EnfaDEA revela que 71 por ciento de las adolescentes que se embarazaron no estaban estudiando al momento de levantar la encuesta.
Cifras del Conapo destaca que los servicios públicos de salud destinan cada año cerca de 6 mil millones de pesos para atender a gestantes y partos adolescentes, mientras el abandono y el rezago educativo vinculado a la maternidad temprana “representa para el país una pérdida anual estimada en 31 mil millones de pesos”.