Rabat. Marruecos exigió una investigación “transparente” sobre la entrada “fraudulenta” a España de Brahim Ghali, jefe del Frente Polisario, cuya hospitalización provocó una crisis diplomática entre ambos países, seguida esta semana por la llegada de miles de migrantes marroquíes al enclave español de Ceuta. Antes de la crisis fronteriza de esta semana, las autoridades marroquíes habían advertido a España de las repercusiones que podría tener la presencia de Ghali en su territorio.
El jefe del movimiento independentista saharaui apoyado por Argelia viajó “con documentos falsos y una identidad usurpada”, afirmó ayer Fouad Yazourh, alto cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores marroquí en conferencia de prensa.
Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores español insisten en que el traslado se debió a “razones humanitarias", debido a que Ghali se encontraba en estado grave tras contagiarse de coronavirus. La edad del líder no está clara, pues diversos medios le atribuyen 71, 73 o 75 años.
“Debería llevarse a cabo una investigación, que esperamos que sea transparente, para esclarecer el caso”, agregó. Esta pesquisa “puede revelar muchas sorpresas, en particular la complicidad y la injerencia de cuatro generales de un país del Magreb”, señaló.
“Esta información podría parecer sorprendente, incluso impactante, para la opinión pública española, pero no se extrañen. Como saben, los servicios marroquíes se encuentran entre los mejores.”
Yazurh destacó que fue Marruecos el que reveló el 19 de abril que Ghali estaba en España y que esta información fue cuestionada por las autoridades y los medios de comunicación sólo para confirmarla 24 horas después. Según el funcionario, Marruecos, dispone de informaciones sobre las “complicidades” de las que Ghali se benefició antes de su salida y espera “revelar más elementos cuando sea oportuno”.
Agregó que “más allá del daño causado a la relación entre Marruecos y España”, este caso muestra que Madrid “ha elegido entre, por un lado, ciudadanos españoles víctimas de crímenes atroces y, por otro, un criminal responsable de la muerte de varias decenas de españoles además de violaciones, torturas y desapariciones”.
Investigación por crímenes contra la humanidad
La justicia española abrió esta semana un expediente contra Ghali por “crímenes contra la humanidad” tras una antigua queja presentada por la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos, que lo acusa de violaciones a dichas garantías de disidentes de los campamentos de Tinduf (oeste de Argelia).
Ghali ya había sido citado a comparecer el 1º de junio por otra queja sobre “torturas” presentada por Fadel Breika, disidente del Polisario, naturalizado español. Ghali fue hospitalizado en abril en un establecimiento de Logroño (norte) tras contagiarse de Covid-19 y su estado de salud está en “constante mejoría”, según el frente.
Su presencia en España causó “la exasperación” de Marruecos, que lo considera “criminal de guerra”.
El Polisario milita por la independencia del Sáhara Occidental, ex colonia española controlada en su mayoría por Marruecos, que propone una autonomía bajo su soberanía.
El gobierno español aclaró el viernes que Ghali no llegó a España con pasaporte falso, aunque sí utilizó otra identidad en el hospital de Logroño donde permanece ingresado y sin que mediase ninguna intervención de las autoridades.
El líder saharaui ingresó en España desde Argelia –aliado histórico del Frente Polisario– y, según estas fuentes, lo hizo con el pasaporte con el que viaja habitualmente y que cumple los “requisitos ordinarios”.
Asimismo, Madrid aseveró que no pactó “ningún tipo de inmunidad” previa al traslado de Ghali, de tal forma que si tiene que enfrentarse a algún tipo de causa deberá hacerlo “exactamente igual que otros”.
El Sáhara Occidental es un territorio disputado por Marruecos desde mediados de la década de 1970. El Frente Polisario, apoyado por Argelia, lucha desde entonces por su independencia. Antes de eso, el territorio se encontraba bajo control español.