Madrid. Luis Suárez lloró desconsolado sobre el césped de la cancha del Valladolid. Parecía un niño frágil ayer, mientras hablaba a la pantalla de su teléfono celular. No era un drama, sino alegría incontrolable por haber salido campeón con el Atlético de Madrid en la primera temporada tras su fichaje.

No era poco, fue un gol de Suárez el que dio la victoria ayer al Atlético para que se proclamara campeón de la Liga de España por primera vez desde 2014, tras vencer 2-1 al Valladolid en la última fecha.

Heroico por donde se vea, fue una remontada después de que Óscar Plano adelantó al local Valladolid en el primer tiempo, las anotaciones del argentino Ángel Correa a los 57 minutos y Suárez a los 67 le dieron la vuelta al marcador.

En septiembre de 2020, el uruguayo Suárez salió del Barcelona como si de un mueble usado se tratara. Pero no era ningún vejestorio, sino un delantero de clase mundial y el conjunto colchonero lo recibió servido en bandeja de plata. Los goles de este charrúa, de hecho, le dieron las victorias por las cuales los madrileños pueden festejar un título de Liga después de siete años de sequía.

Con el Barça asfixiado por deudas y una temporada sin títulos, el directivo Josep Maria Bartomeu le informó en septiembre a Suárez –su tercer máximo goleador histórico– que necesitaba buscar un nuevo equipo.

Tras el fracaso de una negociación para despacharlo a Italia, el Barcelona asombró a sus hinchas cuando vendió a Suárez al Atlético por debajo de su valor para zafarse de su salario. El monto del traspaso, con variables, podría alcanzar apenas unos 7 millones de dólares. Era una cantidad ridícula por tratarse de un jugador que había rubricado 21 goles con el Barcelona la temporada previa.

“Es difícil la situación que me tocó vivir el verano pasado, cómo me menospreciaron”, dijo Suárez tras la victoria 2-1 ante el Valladolid que permitió la conquista del campeonato en la última jornada; “el Atleti me abrió la puerta para seguir demostrando lo que era. Es el año en el que más he sufrido”.

Su presencia fue una fantasía para el entrenador Diego Simeone. Al fin tenía un depredador como Suárez, quien con 34 años ha perdido cierta movilidad, pero mantiene intacto su instinto goleador cuando tiene el balón dentro del área.

El Pistolero uruguayo acabó anotando 21 goles con su nuevo club, amén de abrir espacios a sus compañeros. La cosecha incluyó goles de Suárez en los últimos dos partidos del Atlético en la temporada, en los que remontaron. El que anotó a los 88 minutos selló la voltereta 2-1 para vencer a Osasuna en la penúltima fecha, mantuvo al Atlético por encima del Madrid. Y el más importante de todos fue el que facturó ayer en la segunda parte para doblegar 2-1 al Valladolid.

“Vino con una rebeldía extraordinaria”, dijo Simeone tras el gol decisivo de Suárez ante Osasuna; “quería demostrar que la gente estaba equivocada, que todavía estaba en la cima de su juego”.

Desde que el argentino Diego Simeone transformó al Atlético en un equipo ganador, ha conseguido dos títulos de la Liga, una Copa del Rey, dos de la Liga UEFA y un par de finales en la Liga de Campeones.

El Atlético empezó a todo vapor la campaña, igualando el récord de puntos del club en la primera parte, al cosechar 50 en las primeras 19 fechas. Con ello pudieron distanciarse por más de 10 puntos sobre el Madrid y el Barcelona.

Luego se fueron desinflando y la ventaja que parecía irremontable se redujo a tan sólo dos unidades. Pero el Atlético supo reaccionar y se rencontró con la victoria, mientras sus perseguidores sufrían tropiezos. El Atlético resistió para sacar el empate 0-0 en el Camp Nou a inicios de mayo, esencialmente parando en seco la arremetida del Barcelona.

Al confirmar el título, aficionados y jugadores del Atlético celebraron juntos en el estacionamiento del estadio José Zorilla, cuando salieron del vestuario para abrazarse con los seguidores pese a la situación por la pandemia. Los hinchas saltaron el cordón de seguridad de la policía para tocar y fotografiarse con sus ídolos tras la conquista de la undécima Liga en la historia del club.

En Madrid, unos dos mil aficionados celebraban el triunfo en la plaza de Neptuno. Lamentablemente, un adolescente de 14 años murió en un accidente mientras festejaba en la capital española. A bordo de un vehículo, el menor iba con parte de su cuerpo asomado por una ventanilla, cuando al entrar a un subterráneo se estrelló contra un muro.