La propuesta más reciente de Francesca Dalla Benetta transita entre lo íntimo y lo público. La escultora de origen italiano ha decidido dejar al descubierto y ante el escrutinio de otras personas las formas en que desarrolla su trabajo.

Esto como parte de una acción performática que tiene como finalidad que la obra artística sea el proceso creativo; es decir, el desarrollo de una pieza, no su culminación.

Escultura en vivo es el nombre de ese performance que la creadora desarrolla desde el viernes y que concluirá hoy en Aguafuerte Galería (Guanajuato 118, colonia Roma).

La propuesta está dividida en cinco sesiones de una hora, una el viernes y dos el sábado y el domingo, en la que Francesca Dalla Benetta comparte con el público –tanto in situ como a través de su cuenta en Instragram– el proceso de realización de una escultura.

“Es una actividad abierta a todo el público; no es una clase de escultura propiamente, porque no hay explicaciones. La idea es que la gente pueda acercarse a un proceso que nadie ve; es una situación muy íntima”, comenta en entrevista.

“La actividad de un artista es siempre a puerta cerrada; ahora abro mi taller y muestro lo que hago y cómo trabajo. Es sólo una mirada, porque el trabajo de un escultor es complejo y tiene muchas etapas.”

Este proyecto tiene su origen en la actual pandemia, en específico el confinamiento social del año pasado, que, a decir de la escultora, ha generado en las personas una profunda necesidad de contacto con los otros.

“No es un deseo que tengamos muy desarrollado los artistas, por lo menos yo no; soy demasiado introvertida, solitaria, aislada; me gusta estar sola en mi taller, pero este aislamiento forzado me orilló a tomar la decisión de ahora llevarlo afuera con el fin de tener contacto con los demás. Siento que la gente, y yo también, tenemos mucho esa necesidad a partir de la privación.”

Nacida en Florencia, en 1977, y radicada en México desde 2006, adonde llegó como maquillista en la película Apocalipto, de Mel Gibson, para Francesca Dalla Benetta es la primera ocasión que realiza una experiencia de este tipo.

Para ella resulta un desafío y una incógnita: “Me parece un experimento interesante, porque enfrento una serie de temas íntimos y de timidez en un ambiente que no es mío. No es fácil ser observada por otras personas que juzgan lo que se hace. Me estoy poniendo bajo el lente crítico del público y me interesa ver cómo respondo ante las reacciones de la gente. No es un performance extremo. Estoy consciente de que no me voy a destripar frente a los demás”.

La artista aclara que la escultura en la que trabaja es resultado del momento y la improvisación. Será una cabeza o un busto en plastilina que tendrá el sello surrealista que caracteriza su obra.

Las sesiones de este domingo serán a las 13 y las 17 horas, de forma presencial, en la citada galería y también se transmitirán en vivo en la cuenta de Instagram @fdb_artist.