Los límites entre San Andrés Mixquic, en la alcaldía Tláhuac, y el municipio de Chalco, en el estado de México, se han convertido en tiradero de cascajo, donde se levantan montañas de residuos sólidos sin que ninguna autoridad intervenga, denunciaron habitantes del poblado.
Los vecinos aseguraron que durante el transcurso del día ingresan a esta zona de tierras ejidales, donde antes se realizaban actividades agrícolas, cerca de 50 camiones que pagan 200 pesos por descargar los desechos de la demolición de inmuebles y otras obras de la industria de la construcción.
Este ilícito se empezó a cometer desde hace poco más de un año, cuando llegó la pandemia de Covid-19, pero se ha incrementado a tal grado que se han invadido alrededor de 20 hectáreas en los terrenos ubicados en la tabla 7 del ejido Mixquic, en donde se pueden observar montículos de cascajo de hasta seis metros de altura.
Incluso la zona fue bardeada con láminas, pero al ubicarse en la franja limítrofe entre la ciudad y el estado de México nadie se hace responsable de poner orden, señalaron los habitantes, quienes indicaron que no es la primera vez que en esta zona en lugar de cultivos se siembre cascajo: “Se hace la denuncia, vienen y clausuran, pero al rato aparece otro”.
Los pobladores pidieron la intervención del Gobierno de la Ciudad de México para que se detenga este ilícito y se investigue quién autorizó convertir esa zona de cultivo en un tiradero de cascajo antes de que se invadan más terrenos.
También en la carretera Tláhuac-Chalco se pueden observar los montículos a la orilla de lo que fue el lago.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente, al año en la capital se pueden generar al menos 12 millones 3 mil 359 metros cúbicos de cascajo y material diverso de construcción, por lo que se dispuso una norma en la que los prestadores de servicios del transporte de este tipo de material deben llevar los desechos a sitios de disposición autorizados.