Una época de oro para la cultura nacional y de mejoría en el nivel de vida de la población fueron los años 60 del siglo XX, durante el gobierno de Adolfo López Mateos. Los proyectos culturales que propuso pretendían que todos los mexicanos tuvieran las mismas oportunidades. Estableció que para alcanzar la anhelada modernidad, la economía debía ir de la mano de la educación y de la cultura.
Brindó apoyo a las artes escénicas, las visuales, artísticas y todas aquellas expresiones de la cultura que, estaba convencido, fortalecían la identidad nacional. Sus planes culturales se dirigían a las masas, a lograr que todos los mexicanos tuvieran las mismas opciones y ese anhelo se reflejó en los hechos. En esa época nació el libro de texto gratuito, que fue prioritario, pero también la mayoría de los museos más importantes: el Nacional de Antropología, de Arte Moderno, Historia Natural y el Nacional de las Culturas, entre otros.
Se dio gran impulso a la construcción de hospitales, clínicas, centros de salud y enormes complejos habitacionales acompañados de una importante infraestructura cultural. De esto nos habla el destacado arquitecto y doctor en historia del arte, Enrique X. de Anda, en el libro Teatros junto a los hospitales: los conjuntos de seguridad social del IMSS en la presidencia de Adolfo López Mateos, 1958–1964.
Es una coedición de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, el Instituto de Investigaciones Estéticas, el Instituto Mexicano del Seguro Social y Fundación ICA. Aborda la arquitectura que concibieron para el Seguro Social el director, Benito Coquet, con un amplio grupo de especialistas y técnicos que realizaron una obra impresionante que aún podemos admirar en lugares como la Unidad Independencia o el Centro Vacacional Oaxtepec.
Nos enteramos del sueño que los impulsó y los motores principales del ambicioso proyecto: de la mano de Coquet, los hermanos Prieto Posada desempeñaron un papel fundamental. Alejandro, arquitecto, y Julio, escenógrafo y asesor teatral.
A la par de las instalaciones hospitalarias se buscaba ofrecer a la población derechohabiente una infraestructura para el disfrute del tiempo libre por medio de la enseñanza de disciplinas manuales y actividades culturales, privilegiando también la convivencia social.
Como parte de ese proyecto se construyeron teatros; en este trabajo del doctor De Anda, además del valor arquitectónico de esas obras, busca identificar la posición que ocupó toda esta empresa constructiva en la forma cultural del periodo presidencial de López Mateos.
Es una obra de gran profundidad que requirió una investigación exhaustiva en archivos, entre otros los de los propios hermanos Prieto y dos obras muy extensas que editó el IMSS por iniciativa de Benito Coquet: Resumen gráfico de construcciones (1958-1964) y La seguridad social en México, que consta de cinco volúmenes.
Es un libro para leer con calma porque despierta muchas reflexiones y nos da un panorama de lo que fue un plan bien concebido para construir una visión futurista que daría cobijo al trabajador mexicano.
Entre la información de gran interés que nos descubre el doctor De Anda está la influencia que tuvo en Coquet la utopía de Vasco de Quiroga en Michoacán. Ese antecedente se refleja en la construcción de centros comunitarios donde convergían la atención médica, el desenvolvimiento cultural y el esfuerzo por brindar justicia a los más necesitados, lo que daba vida al gran proyecto de la Revolución.
Desafortunadamente ese importante proyecto se diluyó en los gobiernos sucesivos en que cambiaron los valores y por ende las prioridades. Por fortuna sobreviven la mayoría de las instalaciones, aunque necesitan una renovada.
Hablando de teatros, ya comenzaron a funcionar con estrictas medidas de seguridad; hay que ir, es una experiencia única que comunica en vivo los sentimientos y las emociones. El pasado domingo nos estrenamos con una buena obra que presenta el Teatro Milán.
Salimos hambrientos y fuimos a merendar unos sabrosos tacos a El Huequito, a la vuelta del teatro, en General Prim 91. En una de las mesitas al aire libre disfrutamos los de pastor, bistec y chuleta generosamente servidos con el acompañamiento de cervezas muy frías.