Sin lugar a dudas, el principal problema que enfrenta hoy nuestro país es la corrupción, luego de haber sido la característica principal de los gobiernos anteriores. A ella debemos hoy nuestros niveles de atraso en el contexto internacional, el empobrecimiento de la mayor parte de la población y los índices de violencia con la que vivimos durante el pasado reciente, constituyendo todo esto un tema que debiera ser tratado y corregido por el sistema educativo, pues mientras la corrupción no disminuya de manera significativa, México no podrá resolver ninguno de los problemas que nos han venido afectando y que han sido el modus vivendi de los sectores de la población con mas recursos, incluyendo a aquellos que debieran ser ejemplo para la sociedad y de manera particular, para la niñez y la juventud.
Si tomamos los actuales libros de texto que corresponden a la historia de nuestro país, el tema de la corrupción no aparece, no obstante su importancia; esto, desde luego, no es una casualidad, ni un descuido; por el contrario, se debe a un acto deliberado de al menos los cinco gobiernos anteriores que conscientemente eliminaron el tema, dado que ellos eran parte de esta problemática.
Hoy los libros de historia debieran contener temas como el de la Normal de Ayotzinapa, el de la compra de elecciones, de los fraudes electorales, de las estafas maestras y de los grandes desvíos de recursos que debieron ir a educación, salud y a la generación de empleos, siendo también importante que estos libros describan los negocios gubernamentales realizados utilizando recursos de baja calidad y empresas fantasma, para acrecentar las ganancias de funcionarios y empresarios corruptos, de manera que las nuevas generaciones de estudiantes comprendan el país en donde viven y lo que implica la venta de sus votos, así como los problemas generados por la existencia del narcotráfico y de la delincuencia organizada, para lograr así que los estudiantes sean conscientes de los daños sociales que tales conductas ocasionan.
De no lograrse estos objetivos, la Cuarta Transformación que constituye el lema principal del actual gobierno, terminará siendo olvidada.
En las condiciones actuales, luego de la política educativa del gobierno de Peña Nieto, seguida un año después por la pandemia del Covid-19 que aún no termina, es claro que la educación mexicana ha sufrido un grave retroceso, cuyas dimensiones y características especificas debemos conocer, con la finalidad de que las acciones que deban realizarse en este año y los próximos tres, estén orientadas a recuperar por lo menos los niveles de conocimientos y habilidades de los estudiantes de educación básica y media superior que existían hace 10 años.
Para ello, es necesario realizar una evaluación que cubra al mayor número posible de los actuales estudiantes de todas las entidades que conforman nuestra nación sobre los temas relacionados con matemáticas, ciencias naturales y comprensión del lenguaje, con el propósito de conocer su preparación real, siendo igualmente necesario conocer las dimensiones del problema generado por los cientos de miles de estudiantes que abandonaron sus estudios ante el desarrollo de la pandemia de Covid, ya que la mayoría pasarán a formar parte del rezago educativo del país conformando un grave problema social de grandes dimensiones.
Es bueno saber que la Secretaría de Educación Pública (SEP) aceptó realizar la prueba PISA en 2022, sin embargo, ello no será suficiente, para conocer la gravedad del problema, en tanto ésta sólo cubre una muestra no representativa de lo que ha sucedido en las diferentes entidades de la nación, golpeadas por la pandemia de maneras diferentes en cada una, además de aplicarse sólo a los jóvenes de 15 años.
Por ello, es prioritario que la SEP prepare una nueva batería de pruebas Enlace, tanto para primaria, como secundaria y bachillerato, que permitan comparar los niveles de conocimientos y habilidades con los existentes en 2013 o 2014, que fueron las pruebas más recientes, antes de que los efectos de la “reforma educativa” del gobierno de Peña Nieto comenzaran a generar retrocesos en los conocimientos de los estudiantes.
Por otra parte, la crisis provocada por la pandemia nos ha mostrado la importancia que tienen hoy tanto Internet, como las nuevas tecnologías computacionales para mejorar sustancialmente la educación, sin embargo, éstas han sido utilizadas sólo por un sector reducido de la población, en parte, debido al bajo porcentaje de profesores que han sido preparados para hacer uso de ellas, indicándonos la necesidad de preparar al mayor número posible sobre el uso intensivo de estos recursos tecnológicos, tal como hoy sucede en los países más desarrollados.
Adicionalmente, considero que en esta época turbulenta para la humanidad, en la que los israelitas están asesinando a los habitantes de Jordania, que nuestros estudiantes actuales y futuros recuerden lo que nos enseñaron a los mexicanos que estudiábamos la primaria y la secundaria, cuando luego de la terminación de la Segunda Guerra Mundial, la Organización de Naciones Unidas fue creada y cuya carta constitutiva decía a la letra: “nosotros, los pueblos de Naciones Unidas hemos resuelto preservar a las generaciones venideras del terrible flagelo de la guerra….”, la situación actual nos indica que este pensamiento ha sido olvidado. Algo deberíamos hacer al respecto.
* Director del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa