De cara a la segunda consulta para la validación del contrato colectivo de trabajo (CCT), integrantes de la organización sindical disidente Generando Movimiento denunciaron que persisten las “irregularidades y presiones” hacia los obreros de la planta General Motors, ubicada en Silao, Guanajuato, para “inducir su voto” y asegurar la permanencia del sindicato cetemista Miguel Trujillo López.
Israel Cervantes, integrante del grupo inconforme, señaló que la trasnacional automotriz “interviene en los asuntos sindicales”, ya que representantes de la organización que encabeza el ex senador Tereso Medina realizan visitas a los inconformes para advertirles “a nombre de la supervisora de recursos humanos, Dora Luz Lara Navarro, que dejaran de incitar a los trabajadores a votar por el no, o perderían sus derechos laborales, serían despedidos o tomarían represalias”.
El segundo proceso de legitimación del CCT, que se prevé a más tardar el 12 de junio, se da luego de que la autoridad laboral canceló y ordenó la reposición de las votaciones, tras acreditar la destrucción de material electoral el pasado 20 y 21 de abril en la primera consulta. El gobierno de Estados Unidos pidió a México que se investigue si hubo violaciones a los derechos de los trabajadores, con base en el capítulo laboral del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
En videoconferencia, el representante de Generando Movimiento –que aglutina a trabajadores activos y despedidos– comentó que desde el primer intento para validar el CCT a los empleados se les impartieron cursos dentro de la planta “donde les daban una boleta idéntica” a la que se usó el día de la votación.
Añadió que esas irregularidades continúan, “pero ahora con la amenaza” de que si no se avala el CCT vigente “la planta podría cerrar”, además de hostigamientos laborales a los trabajadores a los que les niegan permisos para ir al baño e imponen sanciones injustificadas.
Sergio Contreras, integrante de la organización disidente, comentó que en “11 años [el sindicato Miguel Trujillo López] no ha hecho nada por los trabajadores. Siempre ha estado asociado con la empresa y si se levantaba la voz para un sindicato libre e independiente, nos despedían”; actualmente suman 18 obreros separados de sus puestos sin justificación.
Ante estos hechos, Cervantes consideró que no existen condiciones completas para un segundo proceso para validar el CCT, aunque confió en que las autoridades laborales brindarán las facilidades para que se acredite a observadores externos de Canadá, Estados Unidos y de la Organización Internacional del Trabajo, a fin de que se dé mayor certeza para la asociación y libertad sindical.